Respetemos a nuestra Universidad

Fernando Gutiérrez de Guzmán Editor

Siempre que tengo ocasión manifiesto mi agradecimiento a todos los que fueron mis profesores en la Facultad de Medicina y son muchos los años que han pasado desde que la abandoné.

Sin duda, buena parte de lo que somos en la vida se lo debemos a ellos, a sus enseñanzas y dedicación nunca bien pagadas. La publicación estos días en un medio de difusión nacional y gran prestigio como el Diario ABC, de un artículo hablando de “La trama de los odontólogos…” me ha dejado perplejo, indignado y disgustado.

Perplejo por cómo se puede arremeter contra personas con nombre y apellidos con tan poco rigor como se hace en el artículo publicado el pasado día 27 de enero, con qué pocos e inexactos datos se acusa y se sostiene nada menos que la existencia de una “trama”, días y meses de investigación necesitan los jueces para concluir que ha existido una trama y aquí en unas líneas se juzga y sentencia sin escuchar a los encausados y sin dar una oportunidad real y garantista al ejercicio de su defensa, frente al juez instructor, juez sentenciador y acusador en que se convierte el autor del artículo, qué desprecio impune a todo el estamento universitario.

Indignado por cómo se da audiencia al anónimo que se esconde y parapeta tras un periodista, en vez de dar la cara y sostener con su propio nombre las acusaciones que se hace a toda la Universidad en general y a algunos de sus miembros en particular.

En cualquier procedimiento es un derecho el conocer a los peritos para acreditar su capacidad para emitir el dictamen, aquí son anónimos y los anónimos no pueden ser tomados en consideración. Recuerdo cómo hace ya unos treinta años, en el despegue de la implantología, un conferenciante manifestaba al término de su conferencia que el que decía que no había perdido un implante o mentía o no había puesto ninguno y cómo en ese momento un señor que en el café había estado presumiendo de que a él no le había fallado ninguno se encogía en su asiento.

Tratar de defraudador a quien le devuelven unos artículos de entre más de cien presentados es no saber cómo funciona el mundo de las publicaciones científicas. Hablar de tesis falseadas es ignorar que todas las tesis antes de ser leídas pasan por un comité de doctores distintos a los directores de la propia tesis y propios y ajenos a la universidad.

Disgustado por cómo se trata a mi profesión, los trapos sucios cuando los hay, que aquí yo no los he visto, se lavan en casa, quienes instigan la publicación de estos artículos en medios generales flaco favor hacen a la profesión, aunque tuviesen razón es mayor el daño que ellos hacen que el hipotético y de momento ni presunto daño que denuncian. Una profesión universitaria como la nuestra se sustenta en la Universidad, es nuestra madre en la vida profesional y de la Universidad Española podemos sentirnos orgullosos todos.

Decir que “estamos ante un fraude científico nunca antes visto en España y que ha provocado que en el panorama internacional no se fíen de los investigadores españoles en el área de la Odontología”, denota una atrevida ignorancia o lo que es peor una mala fe inexcusable. Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de la realidad de la odontología española en el entorno internacional sabe del prestigio y reconocimiento de que gozan los miembros de las distintas universidades de España.

Involucrar a la Universidad Complutense de Madrid en una red de este tipo, causaría risa si no fuese por la gravedad de tales afirmaciones, querer demoler la imagen de prestigio de esta Universidad, ganada a lo largo de muchos años y mucho esfuerzo es una osadía inadmisible.

La Universidad Complutense de Madrid en el área de odontología está posicionada dentro de los primeros puestos del mundo en diversos ranking de prestigio, el QS World University
Ranking la clasifica dentro de las treinta mejores universidades del mundo para estudiar odontología, la prensa general y en concreto el diario EL Mundo la califica como la primera Universidad de España para estudiar odontología, seguida en segundo lugar por la de Granada. En la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense se encuentra a modo de ejemplo, entre otros el grupo de investigación E.T.E.P. que dirige el Dr. Mariano Sanz, que es el 5º del mundo por volumen de publicaciones y citaciones. Y sobre todo hay que destacar que los servicios propios de la Universidad Complutense y de la propia Facultad de Odontología han demostrado su capacidad para controlar con imparcialidad y eficacia el funcionamiento interno.