¿Es ético anunciar la consulta gratuita?
Sobre que la consulta es el diagnóstico y que es la primera parte y fundamental del acto médico u odontológico hay un gran consenso. Sin un acertado diagnóstico todo lo que venga después nos conducirá al desastre, es por eso por lo que ofertar como gratuito algo tan esencial y que requiere los conocimientos obtenidos fruto de un gran esfuerzo por formarse es desprestigiarse como profesionales desde un concepto deontológico y trabajar por debajo de coste en un plano puramente mercantil, lo mires como lo mires no parece aceptable.
El problema que traigo a colación es si esto tiene excepciones y de ser así cuales. Una consulta gratuita por motivos caritativos a quién no puede pagarla es aceptable, ocasionalmente por otros motivos que no vamos a enumerar por innecesario también puede aceptarse, siempre de forma puntual. Como reclamo para obtener pacientes a los que ofertar tratamientos pone en duda la imparcialidad u objetividad del diagnóstico, puesto que el objeto de éste es ofertar tratamientos.
El término “gratuito” nos persigue o nos acompaña y somos nosotros mismos quienes lo ensalzamos, sin percatarnos de ello y con la mejor intención seguramente.
Desde la Organización Colegial se están ofertando campañas de “revisión gratuita”. La última sobre prevención de cáncer oral y cito textualmente una parte del comunicado del consejo:
“no serían posibles ni lograrían su objetivo sin el compromiso y labor altruista de miles de profesionales de todo el país que participan voluntaria y generosamente en las mismas”… y sigue: “Como representantes de la profesión de dentista, nuestra labor es la de ser referentes en la mejora de la salud bucodental de la población. Por ello, animamos a todos los dentistas a que participen y colaboren en estas acciones como parte de nuestro compromiso hacia la sociedad y nuestros pacientes”
No cuestiono la buena voluntad sino la oportunidad de este tipo de campañas. Se imagina alguien a los ginecólogos poniendo a disposición sus consultas, a los oftalmólogos, a los dermatólogos y otros especialistas, para suplir lo que es obligación de la administración pública sanitaria, yo no.
El compromiso con los pacientes como dice el comunicado no necesita de estas campañas, a los pacientes se les debe atender siempre empezando por la realización de un buen diagnóstico sin necesidad de campañas.
Que el compromiso con la sociedad pase por ceder las instalaciones, personal y propio trabajo, lo dudo, ¿es que deben los dentistas tener algún tipo de mala conciencia por ser dentistas?, pagan sus impuestos como todos y además sostienen a una Organización Colegial con un presupuesto anual en su Consejo General de más de dos millones seiscientos mil euros, a lo que habría que añadir el de cada colegio.
En un país como el nuestro en que se nombran asesores de ministros que carecen de titulación académica conocida, sin experiencia y sin formación, con sueldos de cincuenta mil euros al año, es una vergüenza que desde el Consejo General se anime a los odontólogos a ofrecer su trabajo y sus instalaciones y personal auxiliar, al que ellos pagan, para suplir lo que ese ministro o ese gobierno es incapaz de ofertar a los ciudadanos.
Los representantes colegiales deberían replantearse si esto es la forma de defender a la profesión, cubriendo las dejaciones del sistema como si fuesen su culpa en vez de denunciarlas. Unas campañas a las que se adhiere menos del 4% de la colegiación y tienen en contra a varios colegios, deberían hacerles pensar que no van por buen rumbo.
Pueden y deben hacerse campañas para promover la salud oral, pero con acciones que prestigien a los profesionales y valoren su trabajo, no regalando, que es una forma de devaluar lo que se ofrece.
No creo que tengan que hacer el trabajo que no hacen otros y de forma altruista, como dicen desde el Consejo, por muy loable que el acto pueda parecer. Yendo más lejos, lo grave sería y tal vez esté ocurriendo, que no todo fuese altruismo y se utilizasen estas campañas con fines propios, bien para apropiarse de los resultados en beneficio de alguien de la organización o para obtener más pacientes en su consulta, porque eso sería deplorable.