Residencias geriátricas, COVID-19 y Odontologia

Dr. Manuel Ribera Uribe
Profesor de Gerodontología y pacientes especiales.
Universidad Internacional de Catalunya

19 de abril de 2020

El enorme impacto de la covid19 en la sociedad en general y en el ejercicio de la odontología en particular va a modificar en el futuro nuestros modos de hacer. Es incuestionable que, de entre nuestros pacientes, los que han sufrido desgraciadamente el impacto mortal de la pandemia en mayor medida, han sido nuestros mayores. Es verdad que a toro pasado todos somos Manolete, pero la escasez de equipamientos y dotaciones en las Residencias de ancianos, tristes protagonistas de estos meses, era y sigue siendo notoria. No hacía falta consultar con la Sibila.

Leo hoy, en un diario de tirada nacional, una editorial con el título “El drama de las residencias “. En el texto dice “ que las residencias deben ser algo más que un lugar donde aparcar a las personas de más edad y más necesidades “ y dice también “que esas personas necesitan cada vez más un tipo de atención especializada que debe ser supervisada por médicos y personal de enfermería acreditado “ .

Es obvio que nuestra profesión no tiene la repercusión en los medios que quisiéramos pero también es obvio que no hemos de cejar en el intento. Sobre todo en este momento en el que, dios lo quiera y fruto de lo ocurrido, va a haber una demanda social y política en el sentido de que las residencias de ancianos, de que los ancianos en general, tengan una atención médica y colectiva que hasta ahora no han recibido. Llevamos años empapándonos de la tozuda realidad demográfica que nos está convirtiendo en una sociedad envejecida. Llevamos años pidiendo que se ponga el foco en la vejez, que los programas de atención sanitaria, en nuestro caso odontológica, centren sus esfuerzos y doten de recursos a la atención a mayores. Las políticas sanitarias de los años anteriores han conseguido dar años a la vida. ¡Qué paradoja¡, esas políticas nos están matando de éxito. Nos trajeron hasta aquí y aquí nos dejaron, con años, con achaques y con pocos recursos.

Bien, pues ahora es el momento. Desgraciadamente, ahora es el momento No podemos aceptar que al hablar de la salud, al reconocer la necesidad de mejores equipamientos y más profesionales en las residencias, se piense solo en médicos y enfermeros.

La salud es un bien interdisciplinar y precisa de la acción coordinada y obligatoria de múltiples especialistas, la odontología entre ellas.

Hace ya meses, en este mismo medio, escribí un artículo con el título “la odontología geriátrica en residencias” en el que reclamaba “la inclusión obligatoria de odontólogos en el cuadro facultativo de las Residencias de ancianos e instituciones de acogida de discapacitados” afirmando que era una asignatura pendiente en nuestro sistema sociosanitario . El tiempo ha demostrado que lo que era una asignatura pendiente en el sistema era no solo eso, sino considerar las Residencias con el mismo criterio que una Residencia de estudiantes: comida, cama, actividades de ocio, animadores, gimnasia colectiva, etc., relegando la salud y los protocolos de prevención de la salud a un segundo plano . En mi comunidad autónoma, el resultado ha sido que, en medio del fragor del combate con el virus, la competencia de estos centros ha pasado del Departamento de asuntos sociales al Departamento de Salud, como un intento de enmendar lo anterior. En
medio de la batalla han cambiado al estratega. Cuando la batalla acabe y reestructuren el ejército sanitario que combatió en las instituciones, los dentistas no podemos quedarnos fuera.

Vuelvo a insistir en que nuestras instituciones profesionales y sociedades profesionales no deben aceptar que, si por fi n la salud vuelve a ser lo prioritario en estas instituciones, la odontología vuelva a quedar al margen. En estos lugares debe ser obligatorio la presencia del odontólogo y no solo la del médico y enfermero.