Efectos colaterales en pandemia

Fernando Gutiérrez de Guzmán Editor

Hace un año la más importante feria del sector dental en España, Expodental, fue suspendida y según el comunicado emitido desde IFEMA, se tomaba esta decisión atendiendo a la solicitud de la patronal promotora de este evento, FENIN, Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria, formulada en el marco de las recomendaciones realizadas por el Ministro de Sanidad al respecto de la celebración de congresos y eventos que implicasen a los profesionales sanitarios. Todo esto ocurría dos semanas antes de que el Gobierno del Estado declarase el “Estado de alarma”.

No he entendido por qué las reuniones de sanitarios había que suspenderlas y las del resto de ciudadanos no. Si algún día el gobierno accede a crear una comisión técnica independiente para estudiar cómo se gestionó esta pandemia es posible que lleguemos a saberlo, pero no tengo ninguna esperanza de que esa comisión se cree.

Llevamos un año duro por las consecuencias de una pandemia inimaginable pocos meses antes de su declaración.

Siempre hay quién encuentra la forma de beneficiarse del mal ajeno o del mal general. Hace un año dábamos cuenta del acuerdo de la Asamblea del Consejo General de Dentista de España, tomado en julio de 2019, de demandar en vía judicial a M. Alfonso Villa Vigil, al tesorero de su comité ejecutivo y al entonces director ejecutivo, por los perjuicios derivados de la ausencia de cantidades que podrían superar los seiscientos mil euros, ante la posible falta de observancia y control por parte de éstos.

Entonces denunciábamos la creciente opinión sobre el secretismo del Consejo General en lo que se refiere a sus finanzas, no con ello queremos decir que no lo sea en otros temas,  pero en esta ocasión hablamos de algo que parece especialmente grave. A día de hoy parece que el estado de pandemia a alguien le está viniendo muy bien, porque del acuerdo tomado por la Asamblea nunca más se supo, ni media explicación pública por parte de D.Raúl Oscar Castro, responsable de ejecutar el acuerdo y compañero de D. M. Alfonso en el Consejo de Administración de la Mutua AMA.

A dar explicaciones a los dentistas sobre sus actuaciones no parece estar muy atento D. Raúl Oscar, pero de aparecer en televisión sí y lamentablemente no para elevar el nivel de estima de esta profesión, más bien para hacer el ridículo. La última hace unos días en la Cuatro TV en el programa de Risto Mejide, donde definiéndose como sanitario, médico y dentista, cuestionó la efectividad de una de las vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento, ante el asombro de un reputado experto en epidemiología de la O.M.S. que dio explicaciones técnicas, con rigor científico, sobre lo incorrecto de lo manifestado por D. Raúl Oscar (el video no tiene discusión). Son muchos los colegiados indignados con su actuación y que nos han manifestado que no se sienten representados por este señor.

“No se puede salir a inventar,
hay que estudiar y hablar de lo que se
sabe y con rigor científico”

Estamos acostumbrados a que determinados personajes públicos, aparezcan en los medios cuestionando vacunas y hasta la existencia del propio virus, la última Victoria Abril por poner un ejemplo reciente y conocido. Pero que alguien que dice representar a todos los dentistas, salga con esas, ya es demasiado.

Después de treinta años ocupando cargos colegiales debería saber callarse y pensar un poco antes de aparecer en los medios. No se puede salir a inventar, hay que estudiar y hablar de lo que se sabe y con rigor científico. Que determinada artista por muy buena que sea en el escenario salga a decir barbaridades es reprobable, como lo es cualquier exaltación de la ignorancia, pero que lo diga alguien como el Presidente del Consejo General de Odontólogos es más que preocupante.

Los presidentes que le apoyan también deberían dar una explicación.