Atención dental domiciliaria

Dr. Manuel Ribera Uribe, JMD, DDS, PhD

Profesor de Gerodontología, Pacientes Especiales y Prostodoncia

Presidente de Comité de Ética en Investigación y Medicamentos UIC

Universitat Internacional de Catalunya

El creciente aumento de la longevidad de la población está suponiendo un incremento en el porcentaje de pacientes vulnerables que precisan asistencia dental. En más de una ocasión hemos comentado que la odontología debe adecuarse a la realidad en todos los aspectos: preventivo, asistencial, docente, legislativo etc. 

En 2021 la tasa AROPE de riesgo de pobreza o exclusión social, por sus siglas en inglés (At Risk of Poverty or social Exclusion), se situó, según el INE, en el 27,8% de la población residente en España . En una España en la que hay 2,5 millones de personas con movilidad reducida de las cuales el 74%, es decir 1,8 millones, necesitan ayuda para poder salir de sus casas. De todas esas, alrededor de 100000, o sea un 4%, no salen jamás de sus domicilios según un estudio de 2019 de la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica
Los datos son suficientemente significativos y la evolución de la demografía suficientemente determinante como para no tener dudas de que los porcentajes van a ir en aumento. También para pensar en la necesidad de plantearse reflexiones sobre la atención dental a los pacientes con necesidades especiales que habitualmente no acuden a los gabinetes odontológicos convencionales. La previsible y deseable implantación de las especialidades tiene el foco puesto sobre todo en Ortodoncia y Cirugía; probablemente ello permitirá que se desarrollen guías de desarrollo de las mismas  al estilo de las del National Health Service. En mi opinión es del mismo modo, sino más necesario, la creación de especialidades como la Odontogeriatría o la de Pacientes con Necesidades Especiales. Especialidades que inciden en la calidad de vida y en la mejora de la salud bucodental de los más vulnerables. La clarificación de las necesidades, capacitaciones y recursos organizativos encaminados a la atención, de modo realista, de esos pacientes es una necesidad imperiosa en nuestro sistema de salud.

También lo es el que las universidades desarrollen  las competencias y los planes de estudio de un modo transversal, con un concepto multidisciplinar inclusivo , en el que otras profesiones como los higienistas , los trabajadores sociales , médicos etc sean capaces , de formar con nosotros equipos asistenciales, con una visión social adecuada a la realidad y no pensando solo en la adquisición de habilidades vinculadas casi exclusivamente a los espacios docentes de las clínicas universitarias odontológicas .

La atención domiciliaria es un hecho y una necesidad en ciencias de la salud, una realidad creciente en medicina, enfermería, podología y fisioterapia. Y por supuesto lo es también en odontología. Los conocimientos, los procedimientos, las técnicas, materiales y en general la logística, es suficientemente diferente de lo habitual como para desarrollar una profunda reflexión sobre la manera de proceder.

Desde el punto de vista comercial ya son varias las empresas que se mueven en el mundo de la atención dental a domicilio, trabajando con las limitaciones que las leyes actuales imponen.  Las normativas legales actuales son altamente restrictivas, fruto de un concepto de la odontología totalmente obsoleto que circunscribe nuestra actividad a la realización de actos “invasivos”. Incluso aquellos tratamientos que, como las curas de enfermería, la aplicación de inyectables o la extracción de sangre domiciliaria, pueden ser “cruentos”, pongo el caso evidente de las exodoncias, requieren una valoración para definir cuándo, con qué nivel de complejidad, en qué condiciones y con qué requisitos se pueden realizar. No se puede hacer todo de cualquier manera pero la solución no puede ser dejar de hacerlo. Lo que hay que hacer es regularlo. La actividad dental, en muchísimos pacientes, debería ser una actividad preferentemente preventiva pero es que, además , en un momento que las intervenciones mínimamente invasivas , en las que se usan materiales como la papaína , el fluoruro de plata , los ionómeros etc,, pueden permitir utilizar nuevos protocolos de aplicación, en otros escenarios diferentes a las clínicas convencionales , la profesión no puede cerrar los ojos a esos nuevos campos de actuación ni a nuevas oportunidades de trabajo

Lo que es evidente es que tenemos que tener claro qué vamos a hacer. Cuando llegue el momento, dentro de unos años, de evaluar y valorar la situación de la salud bucodental de la  población,  tendremos que entender lo que ha ocurrido para tener la cantidad de patología que posiblemente encontraremos y que no es otra que la que hoy tienen nuestros mayores. Para eso hemos de saber qué es lo que queremos  ahora para esa ingente cantidad de personas que, in crescendo, se van a ver afectadas por dificultades en la movilidad y por sus propias limitaciones. Era el médico y fisiólogo francés Claude  Bernard quien decía que  si no sabes lo que buscas no entenderás lo que encuentres”.