Clínicas W lanza una red que trata de conciliar las ventajas del nominalismo con la gran marca: A por carteras pequeñas de pacientes activos

El futuro de la profesión parece estar muy claro para Primitivo Roig, fundador de Clínicas W, una nueva red de centros que trata de conciliar las ventajas del nominalismo con las grandes marcas. Lejos de buscar lo que la apariencia parece imponer (más clientes y más actividad odontólogica), Roig cree que el éxito profesional consiste en lograr carteras pequeñas de pacientes activos, preocupados por conseguir y mantener una salud bucodental óptima.

Durante la presentación en Madrid de la nueva red, así como del método de trabajo que la sustenta -denominado Slow y que consiste en la mezcla de protocolos clínicos, de gestión y organización bajo la premisa de que menos es más-, Roig ha defendido una suerte de tercera vía entre las clínicas tradicionales y las marquistas. “Los dos modelos tienen cosas buenas y nosotros queremos incorporarlas todas. Clínicas W no es otra franquicia más, sino una propuesta de identidad propia, con nombres y apellidos, pero con el posicionamiento que da una gran marca”.

Son catorce las clínicas que forman parte de la red y que apuestan por los pilares del método slow: calidad asistencial, método de gestión, centrado en el paciente e innovación responsable. Roig busca a “dentistas de verdad, auténticos, que hacen de su profesión su gran pasión y de su compromiso por dar su mejor versión a los pacientes, su principal motivación”. Y ofrece ahorro para el paciente, amplitud de servicios y facilidades de pago (ventajas de marca) más confianza, cercanía y profesionalidad (puntos fuertes de la clínica tradicional). Todo en uno.

Para vertebrar su propuesta, Clínicas W parte de la falta de formación en gestión y administración que caracteriza al dentista contemporáneo, más la poca profesionalización en la atención al paciente. Pese a las sucesivas revoluciones que está viviendo la profesión -clínica, científica, tecnológica y económica-, Roig cree que “hace falta una revolución conceptual. En pocos años seremos 50.000 dentistas y tocaremos a unos 1.000 habitantes cada uno, cuando la OMS recomienda 3.500. Así no podemos seguir”. De aquí la apuesta de Clínicas W por profesionales y pacientes concretos: “Los apasionados por la excelencia, promotores de la salud y de una bella sonrisa, que trabajan y viven sumando por su bienestar y por el de los que le rodean”.

Almería, Cáceres, Cornellá, Guadassuar, Las Palmas, Oviedo, Pontevedra, Ronda, Sevilla, Talavera de la Reina, Valdemoro y Valencia (que acogió la primera experiencia) son los municipios que acogen las primeras clínicas, aunque según Roig, no serán las últimas. “Tenemos solicitudes de dentistas y emprendedores para sumarse a nuestro proyecto. Crecemos a partir de clínicas ya en marcha en el que lo importante, más que la ubicación del centro, es el dentista”. En una segunda fase, Clínicas W no descarta la posibilidad de incorporar centros de nueva creación con todas las características que empiezan a definir a los pioneros.