Acabo de leer el informe sobre la salud bucodental en España, ¿dónde estamos y hacia dónde vamos? recién editado por el Consejo de Dentistas y la Fundación Dental Española. Hay que reconocer que, de un tiempo a esta parte, estas organizaciones profesionales elaboran unos informes en el ámbito de la salud pública oral, la demografía profesional y los servicios dentales dignos de encomio. Por cierto, informes que no elabora el Ministerio de Sanidad, ni las encuestas de salud oral que tampoco realiza ni financia la Administración del estado.
… hace 10 años: la necesidad de crear una Unidad o Servicio Dental Comunitario a nivel nacional y de cada una de las CCAA …
Al leer sus conclusiones he recordado el documento de hace ahora justo diez años sobre “Los servicios de salud bucodental en España, 2013” editado por SESPO, donde además de señalar las diferencias que existían entre las CCAA – lo que acertadamente define el nuevo documento como “gradiente postal” – ponía el énfasis en la necesidad de crear una Unidad o Servicio Dental Comunitario a nivel nacional y de cada una de las CCAA. Una necesidad obvia y urgente que es necesario atienda el Ministerio y se trate en el Consejo Interterritorial. El editorial de aquel número, escrito por el Dr. Emili Cuenca, definía muy acertadamente los servicios de asistencia odontológica en España como un “mapa sin brújula”.
Han pasado diez años y, por lo que respecta a la “brújula”, seguimos igual. El reciente informe incide en esta cuestión. El texto termina definiendo los grandes retos de la odontología en nuestro país y alegando la necesidad de crear un organismo, Unidad o Servicio (con el rango que sea necesario darle), para coordinar todas las actuaciones en esta materia. De lo contrario, será imposible conseguir el objetivo de homogeneizar los servicios y asegurar la equidad como pretende el plan para la ampliación de la cartera común de servicios del SNS de 2022.
… hoy: … es necesario y urgente definir objetivos, estrategias, protocolos de actuación, criterios de evaluación, indicadores, criterios uniformes de recogida de datos, y un largo etcétera.
Pero no solo es necesario crear esa unidad central, también es necesario y urgente definir objetivos, estrategias, protocolos de actuación, criterios de evaluación, indicadores, criterios uniformes de recogida de datos, y un largo etcétera. Mucho trabajo por encarar. Hay además otros retos que solo desde una visión unificada a nivel nacional se pueden acometer. Entre éstos destacan, por ejemplo, que España aporta el mayor crecimiento anual de dentistas en Europa (ver artículo de marzo de JM Almerich); que no tenemos reconocidas las especialidades; que la tasa de visita anual al dentista es de las más bajas de la UE; que la cobertura pública en odontología es también de las más bajas lo que hace que la aportación de bolsillo sea de las más altas, un 98% frente a la media europea del 47%; que es necesario hacer un análisis riguroso de los recursos disponibles en la sanidad pública y referirlos a los servicios que se amplían; que el reto de la publicidad sanitaria, a veces tan confusa para las necesidades del paciente y, por qué no decirlo, demasiadas veces engañosa, reduce esta profesión sanitaria a una asunto mercantil. Estos son algunos de los retos más importantes. Rememorando aquel editorial, la voluntad de servicio a la sociedad solo se puede articular si se dispone de los mecanismos y la organización suficiente.