Presidente de la Sociedad Catalana de Odontología y Estomatología (SCOE).
En este año 2023 la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña (COEC) le ha concedido el premio Santa Apolonia, premio considerado como la máxima distinción que se concede para destacar la trayectoria y figura de personalidades relevantes del mundo de la Odontología y la Estomatología. ¿Qué ha supuesto para ti esta distinción, cómo la has vivido?
Ha sido una jornada muy especial para mí ya que recibir un premio por toda una trayectoria profesional y docente es algo que no esperas recibir nunca, no piensas en ello, pero, además, si llega el momento, suele ser al final de la etapa profesional o incluso cerca del final de la vida. En este sentido, yo todavía tengo mucho por hacer y por dar y espero y deseo tener tiempo para poder seguir con la misma ilusión, empuje y ganas como hasta ahora. Por otra parte, cuando disfrutas haciendo lo que haces nunca tienes la sensación del esfuerzo que supone. Cuando dedicas el tiempo a lo que te gusta no te paras a pensar en todo lo que haces o has hecho. Además, en esta jornada tan especial he podido estar rodeado por mi familia, por los compañeros que me acompañan en mi tarea docente y también por muy buenos amigos. Obviamente, quiero agradecer a la Junta de gobierno del COEC y en especial a su presidente, el Dr. Germán Pareja el haber pensado en mí para recibir este premio y espero seguir siendo merecedor de este honor recibido en los próximos años que todavía me quedan de vida profesional y docente.
Has sido profesor en las Universidades de Barcelona y la Internacional de Cataluña hasta 1999. ¿Cómo es la docencia universitaria en comparación a la de formación continuada en que estás volcado actualmente?
Yo empecé como profesor colaborador de Prótesis en la Universidad de Barcelona y después estuve como profesor adjunto del Área de Prótesis y Materiales en la Universitat Internacional de Catalunya. Allí comencé a entender que para poder impartir docencia es necesario tener muy bien estructuradas las ideas. Esto requiere de un gran trabajo previo de planificación de los contenidos y generar un hilo argumental que facilite la comprensión de lo que se quiere transmitir. Explicar a los alumnos de la Universidad es lo más difícil, ya que los conocimientos que se les ofrecen son totalmente nuevos para ellos y no tienen una base sólida como la que tienen los dentistas con años de profesión, lo que obliga a ser mucho más preciso en la descripción y el relato. Además, requiere el plus de exigencia que supone captar su atención y motivarles.
Posteriormente, dejé la Universidad y empecé a dar cursos con mi padre. Siempre he sido un espíritu libre y he querido hacer la docencia a mi manera. La docencia con dentistas postgraduados me motiva más ya que soy muy clínico en mis cursos y los postgrados pueden aprovechar mucho mejor mis enseñanzas ya que se han encontrado con problemas en los tratamientos de sus pacientes y buscan respuestas y soluciones. El estudiante de pregrado no está tan sensibilizado a recibir enseñanzas muy clínicas. Mi formación postgraduada principal es el Postgrado de Prótesis y rehabilitación oral de la SCOE y los tres cursos intensivos de 5 días que imparto allí, uno de Prótesis Fija, otro de Prótesis removible (que incluye prótesis parcial removible, prótesis completa y sobredentaduras sobre implantes) y uno de Oclusión y tratamiento de los pacientes con grandes desgastes. Aparte, doy cursos de uno o dos días. El Postgrado de Prótesis y rehabilitación oral de la SCOE se ha posicionado como el postgrado de referencia en España y a él asisten cada año 80 alumnos, durante 35 días, divididos en 10 módulos (uno por mes) y hay de dos a tres años de lista de espera. Después de 16 años y casi 1.000 dentistas que han pasado por el Postgrado contemplo con satisfacción cómo el hecho de haber realizado el Postgrado es mérito suficiente para que a un dentista le den un trabajo como prostodoncista. Incluso me he encontrado alumnos a los que les han exigido realizar el Postgrado para poder cogerlos en una consulta. Ahora bien, un Postgrado con tantos alumnos sólo puede funcionar si la logística está perfectamente bien controlada y el equipo docente que me acompaña está a la altura. Este equipo docente está constituido por los doctores Joan Cadafalch, Xavier Mallat, Josep Ma Casanellas, Álex Urpí, Sergi Pedemonte, Ivan Mendoza, Mazen Khoury, Loli Rodríguez, Habib Shammas, Antonio Mendoza, Laura Khoury, Josep Ma Barrachina, Oriol Mallat, Olga Lobez, Eduard Riera, David Lòpez.
¿Cómo valoras la situación actual de la profesión en España?
La veo complicada, especialmente para la gente joven ya que son menores sus posibilidades de salir adelante, progresar y poder montar su consulta, si ese es su objetivo. Por un lado, la masificación de las facultades de Odontología y, por otro, la irrupción de franquicias y cadenas, que han acabado haciendo que la valoración del trabajo del odontólogo haya caído en picado. Hay gente trabajando por sueldos muy bajos, muchas horas, en condiciones en que no son ellos quienes deciden los tratamientos, sino la persona que gestiona la consulta… al final el principal objetivo ha pasado a ser el precio. He tenido alumnos que se me han puesto a llorar explicándome en qué condiciones trabajan.
¿Y el futuro, es prometedor o nos esperan tiempos peores?
Veo el problema, pero no quiere decir que no vea una esperanza. Creo que siempre habrá en nuestro mundo un espacio para la gente que valore el trabajo bien hecho, y esto es lo que siempre digo a quien viene a mis cursos: «lo que debéis tener muy claro es que vuestro objetivo es trabajar con excelencia y calidad». Eso implica un tiempo, un esfuerzo, una dedicación que no todo el mundo está dispuesto a darle. Por eso, intento mentalizarles de que, bien, hay dificultades, pero no quiere decir que sea imposible. El camino está muy claro: trabajo, trabajo, trabajo. Es decir, aunque he dicho que soy pesimista, creo que quien realmente lo desee, encontrará su lugar. ¡Y esto pasa por la formación continuada!
“siempre habrá en nuestro mundo un espacio para la gente que valore el trabajo bien hecho”
En los programas de formación continuada la palabra “implante(s)” es la más repetida con diferencia de otras. ¿Hemos convertido esto en el eje de nuestra actividad?
Muchos congresos centran su temario en los implantes y, especialmente, en la cirugía de implantes y la regeneración. En cambio, poco tiempo se dedica a la prótesis sobre implantes, a otros tipos de prótesis o a la misma Oclusión. Supongo que en buena medida es debido a que las empresas de implantes suelen ser los principales espónsores de las sociedades científicas y terminan condicionando los programas de los congresos. Pero es una lástima ya que la cirugía y la regeneración en implantes representa solo una parte de la rehabilitación con implantes y, si lo comparamos con la rehabilitación oral vista globalmente, el peso es aún menor. Siempre comento que se habla mucho de superficies de implantes, de conexiones, de otras características de los implantes, … pero finalmente, la mayoría de los implantes que cumplen con unos mínimos se osteointegran y los problemas aparecen cuando ponemos la prótesis, pues quizás se debería hablar más de la prótesis y no tanto de los implantes (pero este enfoque no interesa a los fabricantes de implantes).
¿Ha cambiado el perfil de los profesionales que acuden a los cursos de formación continuada?
Hoy en día el principal asistente a la formación continuada es gente joven, dentistas que habitualmente trabajan por cuenta de otros y que, con frecuencia, no tienen capacidad para decidir qué materiales o aparatos se compran o dejan de comprar en una consulta. Hace unos años, el dentista que acudía a los cursos tenía mayor capacidad de decisión ya que solían tener su propia consulta, lo que los hacía más apetentes para las casas comerciales. Por este motivo, mis cursos y el postgrado se centran más en la técnica y hago mucho hincapié en el conocimiento profundo de los materiales ya que es la base para el éxito a largo plazo.
¿La prótesis removible tradicional es una solución trasnochada o sigue teniendo su espacio?
La prótesis removible sigue teniendo su espacio, aunque es más reducido ya que muchos pacientes que antes se trataban con prótesis parcial removible hoy día se tratan con implantes. Pero aún así, constato en los cursos que muchos dentistas hacen aún mucha prótesis removible. Lo que ocurre es que mucha prótesis removible está mal ejecutada, presenta carencias de estabilidad y retención y, por ello, tiene mala prensa. Demasiado a menudo, el dentista se ha limitado a tomar una impresión de alginato delegando todo el proceso de fabricación en el técnico de laboratorio. Siempre digo a mis pacientes que una prótesis parcial removible está al mismo nivel que una prótesis sobre implantes, siempre y cuando esté bien hecha, pero habitualmente lo que se suele hacer es comparar una prótesis sobre implantes con una prótesis parcial removible mal hecha y eso no es correcto.
Eres presidente de la Sociedad Catalana de Odontología y Estomatología (SCOE). ¿Qué es la SCOE, cuáles son sus fines?
La SCOE es la Societat Catalana d’Odontologia i Estomatologia, y el pasado año cumplió 75 años de existencia. La SCOE nació en el seno de la Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya i Balears (ACMCB), dentro de la cual estaban representadas las sociedades científicas de las distintas especialidades médicas de Cataluña y Baleares. Por tanto, la SCOE era una sociedad científica más al amparo de la ACMCB, cuya única finalidad era y es ofrecer una formación continuada de calidad a los dentistas, sin entrar en ninguna temática de representación de los colegiados ya que de ello se encarga el COEC. Desde sus inicios organizó conferencias de las distintas disciplinas dentro de la Odontología y, siendo mi padre su presidente, el Dr. Ernest Mallat Desplats, se iniciaron los cursos de formación continuada. Siempre, la formación que ha ofrecido la SCOE ha tenido mucha aceptación y gracias al trabajo desinteresado de los diferentes presidentes y de sus juntas de gobierno hemos ido creciendo. Otro salto cualitativo fue el inicio de los postgrados, una idea de la Dra. Núria Vallcorba, ya que nos permitió ofrecer una formación más extensa e intensa en comparación con los cursos. De hecho, fue la Dra. Vallcorba la que me propuso en 2006 encargarme de organizar un Postgrado de Prótesis y Rehabilitación Oral, que se incorporó a los demás postgrados que estaban impartiéndose.
Por otro lado, desde el primer día en que empecé a presidir la SCOE, mi objetivo fue dar un gran paso adelante en la formación. Veía indispensable para nuestro crecimiento buscar una sede que pusiera a disposición de los compañeros que vienen a nuestros cursos unas instalaciones donde poder realizar muy buenas prácticas, ya que la formación en Odontología es eminentemente práctica y, en la ACMCB, en la que hemos estado muchos años muy bien, llegó un momento en que las instalaciones ya no nos acompañaban en nuestras necesidades. Este proyecto fue una realidad en 2019 con la inauguración de la nueva sede en la Avenida Josep Tarradellas 40, y creo que es y será en los próximos años un centro referente en formación postgraduada en todo el estado y más allá. Dentro del local disponemos de un auditorio para 90 personas, de tres laboratorios en los que hay 30 puestos de trabajo en cada uno, con dos gabinetes plenamente equipados y todo conectado por circuito cerrado para poder visualizar en cualquier área de la SCOE lo que se está realizando en las otras, como por ejemplo ver tratamientos de pacientes en directo. Además, disponemos de un CBCT que, además de ser utilizado en los cursos, está a disposición de los socios.
Al principio, en 2017, alquilamos el local, porque la compra ni nos la planteábamos, sabíamos que la inversión en las obras era importante. Pero pasó una cosa: una vez lo alquilamos, vimos la inversión y, a pesar de que habíamos conseguido un buen alquiler, a 15 años, si después de estos 15 años, y de esta inversión en obras tan importante, no nos renuevan el alquiler, o deciden triplicarlo te quedas con un gran problema. Para mí, eso era una responsabilidad, aunque yo no me lo habría encontrado, ya que habría habido otro presidente. Pero tuvimos la suerte de que entonces el Banco Central Europeo recomendó a los bancos que se sacaran de encima la parte inmobiliaria, y este local era una antigua oficina de La Caixa. Nos hicieron un muy buen precio de compra, con un interés de hipoteca muy bueno, y para mí es como si se hubiera encendido una luz: podíamos comprarlo y toda la inversión quedaría para la SCOE, tanto si sigue usándolo como simplemente en forma de activo que se puede vender cuando ya no se le quiera dar un uso, con unos beneficios que revertirían en la Sociedad.
El cambio más reciente de la SCOE ha sido su desvinculación legal de la ACMCB. El motivo es que, hoy en día, cualquier dentista de menos de 50 años ya no es médico. Esto puede representar un 60-70% de los socios de la SCOE, y la vinculación con la Academia ni la ven ni la entienden. Es una vinculación que tenía sentido cuando la Odontología era una especialidad médica, como la neumología, la pediatría… Y también hay otra cuestión: muchos de los alumnos de los postgrados son de fuera de Cataluña y cuando se planteaban ser socios de la SCOE (para obtener un mejor precio en los cursos y posgrados), debían serlo también de la Academia. Son dentistas que saben lo que es la SCOE, pero no la Academia y hacerse socio de una entidad que no sabes que existe, ni qué te aporta, no tiene sentido, por lo que preferían no hacerse socios de la SCOE. La Academia es una institución muy importante y respetable, y me gustaría establecer una serie de vínculos en el futuro, pero me di cuenta que, desde dentro, era imposible hacerlo de forma satisfactoria. Este sería un objetivo para más adelante, y probablemente ya no lo haría yo, sino quien me suceda.
¿Qué tipo de formación ofrece la SCOE? ¿Qué le distingue de otras entidades dedicadas también a la formación continuada?
La SCOE ofrece, en primer lugar, jornadas de actualización, que son gratuitas para los socios (si éstos son fuera de Barcelona, las pueden seguir por streaming). Además, se imparten cursos teóricos o teórico-prácticos de un día, día y medio o dos días que han tenido mucha aceptación gracias a las excelentes prestaciones de los laboratorios de prácticas. Estos cursos los imparten ponentes nacionales e internacionales. Igualmente, ofrecemos cursos intensivos de 4 o 5 días sobre distintas áreas como son el de Prótesis Fija, e de Prótesis removible, el de Oclusión y tratamiento de los pacientes con grandes desgastes, el de Tratamiento periodontal quirúrgico, el de Estética dental o los de Ortodoncia. Por último, nuestra formación más relevante son los postgrados. Hoy día, ofrecemos postgrados de Prótesis y Rehabilitación Oral, de Estética Dental Avanzada, de Implantología Integral, de Endodoncia, de Oclusión, Disfunción Craneomandibular, Dolor Orofacial y Medicina Dental del Sueño, de Cirugía y Medicina de la Boca, de Ortodoncia Interceptiva, de Gestión Estratégica de la Clínica Dental, de Odontología Digital, de Cirugía Mucogingival en Periodoncia Avanzada e Implantología y de Odontopediatría.
Consideramos fundamental que los dictantes tengan una calidad clínica y docente contrastada. Creo que los docentes deben ser capaces de conectar con los alumnos, transmitirles el conocimiento de forma razonada y estructurada y, no menos importante, tener un elevado espíritu autocrítico para poder detectar todos aquellos aspectos en los que se puede mejorar la docencia. En este sentido, se pasan encuestas a los alumnos en las que valoran a los ponentes, evalúan los contenidos teóricos, así como las prácticas y, además, se les pide una valoración tanto de la organización como de la logística. Aunque parezca que lo más importante son los contenidos teóricos y prácticos, la organización y la logística son determinantes para que el alumno tenga la percepción de que ha aprovechado el cien por cien del tiempo durante el cual ha estado en la SCOE. Los cursos teóricos tienen muy buena aceptación, pero siendo nuestra profesión eminentemente clínica, los cursos que tienen más aceptación suelen ser los cursos teórico-prácticos, ya que el dentista puede ver trabajar al ponente y aplicar las técnicas aprendidas en el mismo curso. La posibilidad de ver esos tratamientos realizados en pacientes es un factor tremendamente positivo que da más valor aún a la docencia impartida en la SCOE.
Por último, queremos ofrecer cursos y postgrados de calidad a un precio muy razonable. En el panorama general, hay muchos cursos, yo pienso que a unos precios a veces desorbitados, y lo que tiene que hacer la SCOE es ofrecer unos cursos equilibrados: buena calidad, con un precio ajustado y que motiven a la gente joven.
¿Qué proyectos tienes en marcha en la SCOE?
En primer lugar, la Junta de la SCOE creó en 2017 la Fundación SCOE, para proyectarnos más allá de la docencia estricta y poder ofrecer un servicio a la sociedad. Por ello, la Fundación facilitará el acceso a la formación odontológica a jóvenes profesionales con pocos recursos económicos por medio de un programa de becas, y también aprovechará los cursos para ofrecer puntualmente atención bucodental a personas sin recursos.
En segundo lugar, consideramos que, aunque los cursos presenciales son de preferencia por parte de los dentistas, hay un mercado no presencial importantísimo de personas deseosas de formación de calidad, que se pueda hacer online y a buen precio: la América latina. Por ello, lo que queremos es montar una plataforma de formación continuada online. La calidad no es un problema, porque la ofrecemos. Y normalmente el precio de una formación podría dispararse si pocas personas pueden seguir la formación … ¡pero eso lo compensa este mercado tan amplio! La idea sería montar vídeos cortos, de 15 o 20 minutos, ofreciéndolos a muy buen precio, 3 o 4 euros. ¿Lo miran mil personas? Son 3000 euros. Y llegar a mil personas, internacionalmente, no es ningún problema. En cambio, en España es más difícil. Nosotros lo planteamos como algo libre, de calidad y muy asequible, lo que le puede ir dando rendimiento… ¡Imagínate que, mientras tú aquí duermes, en América la cosa va funcionando y trabajando! Y, en fin, sería una buena manera de sacarle todavía más provecho a este nuevo local con infraestructuras hechas expresamente para cubrir estas necesidades.
Por último. Me gustaría que la SCOE se convirtiera en un centro de formación acreditado, de la misma manera que hay escuelas para higienistas, por ejemplo. Estamos mirando los requisitos que serían necesarios, ya que tenemos formación de calidad, un local bien acondicionado… ¿por qué no? Esto nos permitiría no depender de un tercero que, a cambio de una compensación económica, nos ofrezca los créditos. Sinceramente, acreditar los cursos a cambio de compensaciones económicas desorbitadas a las universidades lo encuentro, incluso, poco ético. Además, esto obligaría a repercutirlo en el bolsillo de los alumnos. Nuestra formación debe ser asequible para la mayor parte de la gente, y si tenemos que subir excesivamente los precios por la acreditación, estamos dejando personas sin la posibilidad de formarse.
¿Qué te motivo a estudiar odontología?
Mi padre es odontólogo y fue un prostodoncista de referencia en España y Latinoamérica. Recuerdo haber aprendido a paralelizar antes de terminar Odontología ya que veía a mi padre en casa diseñando las prótesis parciales removibles y me enseñaba y razonaba todo el proceso. Mi padre vivió con pasión la profesión y me transmitió ese amor y pasión. Es más, cuando empecé a trabajar me marqué como meta poder alcanzar la excelencia y la capacidad resolutiva en el trabajo que ofreció mi padre durante su larga vida profesional. Él ha sido mi espejo donde siempre he querido verme reflejado. Lo he admirado mucho ya que conseguir hacer una Odontología de primer nivel en los años sesenta y setenta con el poco acceso que había entonces a la formación y la información de calidad era algo sólo al alcance de personas muy especiales, con una gran fuerza de voluntad, con unas ganas increíbles de mejora y con una ilusión sin límites para realizar un trabajo bien hecho con los medios que había. Por lo que a mí respecta, he tratado de mejorar día a día en mi trabajo, aprovechando todo lo que me transmitió mi padre o los diferentes maestros que he ido teniendo, con el objetivo de acercarme a la excelencia profesional. Siempre es un gran reto mantener el nivel profesional de un padre que ha abierto camino y ha destacado tanto profesionalmente.
Pero además, mi padre me transmitió la misma pasión por la docencia y, en ambos casos me he sentido plenamente realizado y tengo la sensación de haber llegado al punto que disfruto de todo lo que hago en el campo de la Odontología y lo he convertido, en buena medida, en un hobby. Mi padre me decía que no debía ser egoísta con lo que sabía y ser generoso con los compañeros cuando te dedicas a la docencia. De hecho, nunca debemos olvidar que, si podemos ir avanzando, es gracias a quienes nos precedieron y nos ayudaron a empezar a hacer camino. Siempre comento que no sería el dentista que soy si no hiciera docencia, ya que eso me obliga a ser más exigente si cabe con mis trabajos, ya que los muestras a los demás compañeros, y también me obliga a estar siempre actualizado.
Mi padre me introdujo en el mundo de los cursos, un mundo que descubrí después de dejar la docencia universitaria en la UB y en la UIC. De todas formas, no ha sido un camino fácil ya que cuando das cursos te expones completamente y tienes la obligación de estar al 100% y de darlo todo, desde el minuto 1 hasta el minuto 90. Todavía recuerdo en el segundo curso que dábamos juntos, ahora hace unos 20 años, en San Sebastián, cuando saliendo de la primera jornada, jornada en la que yo no había estado al nivel que yo habría querido, y volviendo al hotel le dije que no volvería a dar cursos nunca más y dejaba la docencia. Y es que siempre he sido muy exigente conmigo mismo y con todo aquello en lo que me implico. Por suerte, mi padre me animó a seguir, argumentando que la docencia es una carrera de fondo en la que la exigencia personal te permite ir creciendo continuamente, un principio que he aplicado a los más de 200 cursos que he impartido.
“… si podemos ir avanzando, es gracias a quienes nos precedieron y nos ayudaron …”
¿Si tuvieses que optar entre la docencia y la práctica clínica que elegirías?
Yo me quedaría con el 50/50, es decir, dedicar la mitad de mi tiempo laboral a la práctica clínica, ya que somos clínicos, y la otra mitad de mi tiempo laboral a la docencia, ya que me siento plenamente realizado cuando puedo despertar el interés por el trabajo bien hecho, cuando doy soluciones a los problemas del día a día y, sobre todo, cuando los alumnos de mis postgrado me dicen que dedicar esos 10 meses al Postgrado de Prótesis y Rehabilitación Oral de la SCOE les ha cambiado su vida. Ese es mi ideal, pero me gusta un poco más la docencia, pero claro, tengo una responsabilidad hacia la clínica y mis pacientes, por un lado, y por el otro es que pienso que un docente de Odontología tiene que ser clínico, o no puede ser docente. Nuestro trabajo es de clínica. El lunes tenemos pacientes, quienes vienen a escucharte, el lunes también tienen pacientes, y lo que quieren es que les expliques algo que será útil, no solo teoría: algo práctico que tú has aplicado, que el lunes tú aplicarás a tus pacientes y que el lunes ellos también podrán aplicar a los suyos.
¿Además de la intensa actividad profesional, en que otras actividades o aficiones ocupas tu tiempo?
Siempre me ha gustado mucho la Historia y llevo un par de años yendo a clases de historia los jueves por la mañana. Mi idea es que, cuando me jubile (a los 70 años) quiero estudiar el Grado de Historia. Por otro lado, disfruto mucho subiendo al monte, haciendo trekking, … ya que es en plena naturaleza donde consigo realmente desconectar del trabajo.
¿Una recomendación para los recién graduados que se inician en la vida profesional?
Pues, transmitir la ilusión por el trabajo bien hecho. Siempre les digo a mis alumnos que puedes trabajar como si estuvieran en una cadena de montaje, sin ningún interés por si te pasa por delante un bloque cuadrado o un bloque redondo… o pueden buscar que cada cosa que hagan sea especial. Les digo que pongan ilusión en cada cosa que hagan ya que, si quieres dedicarte a un trabajo durante 40 año, o lo haces especial y disfrutas o caes en la rutina que termina en desidia y desinterés. Si no pones ilusión, y tu actividad se vuelve monótona, al final ya no tendrás motivación para trabajar bien, ni siquiera para trabajar, ni para intentar mejorar, ni para nada de nada.