El término perspectiva proviene del latín “perspicere” y se utiliza en pintura para designar la representación tridimensional en un marco de dos dimensiones, como es el caso de un lienzo.
Existen varios tipos a considerar dentro de este término. En primer lugar tenemos la denominada perspectiva jerárquica en la cual, la percepción tridimensional solo se considera con el juego de los tamaños absolutos y las alturas de los elementos. Es la técnica más primitiva y la que se utiliza en técnicas más actuales como la técnica “naif”. En realidad, el tamaño y la altura de las figuras van a depender de la importancia que dé a las mismas el propio autor y puede por sí misma, reflejar una crítica más o menos disimulada.
FIGURA 1.Botero. Retrato oficial de la Junta Militar de 1971
Es muy conocido este cuadro de Botero que representa a la Junta Militar que gobernaba Colombia en 1971 (Figura 1). Dicha representación es aparentemente infantil pero refleja una crítica a la fastuosidad y el falso esplendor de esta Junta Militar. Interesante resulta interpretar el tamaño de la imagen femenina que se sitúa a la derecha del jefe absoluto. Cuando ves el cuadro percibes el objetivo de caricatura que le dio el autor.
Otro ejemplo muy característico de este tipo de perspectiva en la Batalla de Karbala de Abbas Al-Musavi (Figura 2), pintado a finales del siglo XIX. Podemos ver al protagonista de la acción clavando la espada a su adversario, ambos representados en gran tamaño. El resto de los personajes son de un tamaño mucho mas reducido, lo cual deja traslucir la importancia de los dos protagonistas.
FIGURA 2. Abbas Al-Musavi. La batalla de Karbala.
Otro tipo de perspectiva es la axonométrica la cual se aplica a un determinado objeto según uno de sus ejes. Cada ángulo formado por sus ejes nunca es recto. Siempre va a ser agudo u obtuso. Provoca en el espectador una impresión tridimensional. Se aplica, sobre todo, en el dibujo lineal pero existen importantes obras que reflejan este tipo de construcción geométrica. Por ejemplo, la Escuela de Atenas de Rafael (Figura 3).
FIGURA 3. Rafael. La Escuela de Atenas.
Al observar la obra adquirimos la sensación espacial de estar en la entrada de la Escuela. Se trazan los ejes que definen la estructura para después situar toda la obra según los mismos. Como podemos observar, esos ejes nunca formaran un ángulo recto. Alrededor del punto de fuga se sitúan Platón y Aristóteles
Por último, la perspectiva aérea utiliza como base la anterior pero en vez de trabajar con los ejes confluentes trabaja sobre los mismos utilizando una gradación del color o de la nitidez para conseguir el efecto tridimensional. En el fondo, lo que hace este tipo de perspectiva es un tratamiento de la luz.
Un ejemplo muy característico de esta técnica son las Meninas de Velázquez (Figura 4).
FIGURA 4.Velázquez. Las Meninas.
Velázquez, en esta obra, utiliza dos focos de luz haciendo que los objetos y personajes más lejanos sean más fríos y los cercanos más brillantes y nítidos. El fondo del cuadro es obscuro, tal y como sería en realidad con la luz que existe en la estancia. Lo mismo sucede con los personajes. Los que están en una posición más retrasada aparecen mas desdibujados que los que se encuentran en un plano más anterior. Todo ese manejo asombroso de la luz es lo que da carácter tridimensional a la obra.
La búsqueda casi obsesiva de la percepción tridimensional en la pintura se vino abajo con el nacimiento de la fotografía. En esa época, algunos artistas buscaron otro tipo de expresión, centrándose algunos de ellos (fundamentalmente el movimiento impresionista) en la impresión y expresión de la luz.
FIGURA 5.Monet. Madame Monet con su hijo.
En el cuadro Madame Monet con su hijo (Figura 5) vemos que el autor huye intencionadamente de los puntos de fuga y se centra en el tratamiento de la luz. Ya no es importante la perfección del trazado, lo que importa es la propia imagen y la impresión que provoca en el espectador.
En realidad, el impresionismo, así como el resto de los movimientos que surgieron posteriormente, reflejan un hecho incuestionable como es que “Cada ser humano conoce su realidad”. La percepción de la realidad no deja de ser un hecho en perspectiva para cada ser humano. En este sentido, y relacionado directamente con la perspectiva de cada persona, tenemos obligatoriamente que referirnos al perspectivismo de Nietzsche.
Para este filósofo, la realidad absoluta no existe, a lo más que se puede llegar es al conocimiento de la realidad a través de las infinitas perspectivas individuales. Si nos acordamos del mito de la caverna de Platón, lo que Nietzsche nos dice es que vivamos la realidad que conocemos lo más placentera y profundamente posible (desarrollo dionisiaco en vez de apolíneo) que podamos y que nos olvidemos de salir de la caverna a buscar otras realidades que no existen para nuestros sentidos.
FIGURA 6. Braqué. El portugués.
Los movimientos pictóricos que surgen a principios del siglo XX se basan fundamentalmente en estos conceptos. En el cuadro de George Braqué, “el Portugués” (Figura 6) podemos observar la propia expresión de estas ideas. La realidad absoluta no existe, toda realidad depende del propio individuo, El autor nos intenta trasmitir ese mensaje que se centra: “esta es mi visión particular de un portugués”.
Si para Nietzsche la realidad absoluta no existe, de ahí su famosa frase de “Dios a muerto”, para Ortega y Gasset esta realidad absoluta si existe lo que sucede es que no podemos acceder a ella porque sería la suma de todas las realidades de perspectiva particulares.
En la obra de Matisse, “la alegría de vivir” (Figura 7) el autor intenta llevarnos a una realidad absoluta, real para el mismo, pero de alguna manera, asumible a su entorno.
FIGURA 7. Matisse. La alegría de vivir.
El cuadro refleja la felicidad en un entorno determinado. Lo que autor intenta reflejar es que la felicidad, como realidad absoluta existe pero de forma subjetiva, interpretable para cada individuo y así lo plasma en su obra. Como vemos, tanto Nietzsche como Ortega participan de un mismo concepto filosófico que es precisamente, que la realidad absoluta pertenece a cada individuo y hay que analizarla en todas sus infinitas perspectivas.
FIGURA 8. Alió. Facies I
En mi obra FACIES I se refleja ese tratamiento absoluto de la realidad con el perspectivismo filosófico de Nietzsche y Ortega. Esta es mi realidad de un ser vivo auténtica, pero sin piel, es decir, desollado. Se trata de exponer la realidad absoluta sin filtro en una primera fase. La expresión facial puede representar un estado de sorpresa, de sufrimiento o tristeza o, tal vez, de emoción. Depende pues de quien lo vea, de su propio estado de ánimo o de su valoración artística subjetiva.