Hablamos con Ignacio Barbero Navarro

Endodoncista exclusivo y profesor universitario

Dentista en cuarta generación, dedica su actividad profesional en exclusiva a la endodoncia clínica y a la docencia universitaria. Doctor en Odontología, ha sido Decano y Profesor Titular en la Facultad de Medicina Dentaria IUEM Lisboa, Portugal, actualmente es profesor de grado y máster en la Universidad de Sevilla y está acreditado como Profesor Titular por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) desde 2012. Es Académico de la Pierre Fauchard Academy desde 2006, miembro de AEDE desde 1998, integrante de su Junta Directiva desde 2001 a 2005 y Presidente del XXV Congreso de AEDE. Defensor de la endodoncia como especialidad.

Eres cuarta generación de dentistas. ¿Siempre quisiste ser dentista?

Si, históricamente siempre hemos estado muy vinculados al Colegio de Dentistas, mi abuelo fue el segundo presidente del Colegio de la IV región (Sevilla, Córdoba, Huelva, Cádiz y Canarias) en el año 1952, mi padre secretario en 1976 y yo vocal en 1998 en el ya Colegio de Dentistas de Sevilla.  Mi tio Emilio Barbero reconocido dentista en Madrid, tenía la consulta en la calle Columela, en el elitista barrio de Salamanca, muy conocido entre los profesionales de las artes escénicas de la época.

No siempre coincide lo que uno quiere ser de pequeño con lo que se plantea después. En mi caso lo he tenido más fácil, siempre quise ser dentista, lo he vivido y sentido en mi familia desde que nací, es vocacional y hoy en día me sigue pareciendo una profesión hermosa que ofrece grandes satisfacciones.

¿Cómo surgió la decisión de dedicarte a la endodoncia? ¿Y la formación con las posibilidades de hace treinta años?

Hace aproximadamente entre 30 a 40 años, la endodocia comenzó a experimentar un gran desarrollo, se fabricaron las primeras limas rotatorias, nuevos sistemas y técnicas de obturación que se salían de los patrones clásicos,  se comenzaba a hablar del microscopio, todo esto coincidía con el comienzo de mis estudios pero fue en la consulta del Dr. José Luis Barbero Salcedo, mi padre, donde por primera vez vi como se realizaba un tratamiento de conductos y me llamó la atención la meticulosidad del procedimiento. En la facultad fui recogiendo conocimientos de todas las asignaturas, pero fue el estudio de la endodoncia la que me seguía produciendo más inquietud. Cuando terminé la licenciatura, fue de la mano de mi maestro el Profesor Rafael Miñana Laliga, referente máximo de la endodoncia española de aquel tiempo y quien me abrió las puertas de su consulta, con quien realicé mi primer programa de endodoncia en la Universidad de Valencia, en la que él trabajaba como docente y director del máster. Con él pude perfeccionar y ampliar mis conocimientos en esta especialidad, tuve la suerte de estar al lado de un clínico extraordinario y de una calidad humana formidable. Posteriormente, continué mi formación con el Prof. Singcut Kim en mi segundo programa en Microcirugía Endodoncica y Microendodoncia en la Universidad de Pensilvania (EEUU), pioneros en esta área a nivel mundial.

Has desarrollado una importante labor docente en Lisboa en la Facultad de Medicina Dentaria IUEM. ¿El sistema docente en Portugal es como el español?

Recuerdo mi etapa docente en Portugal con mucho cariño y tengo especial admiración por los profesionales de aquella Universidad. En ambas he encontrado mucho interés en formar al alumnado en valores, conocimientos y capacitación clínica. Considero que la investigación es importante, eso sí, acompañada siempre de la adecuada formación del odontólogo integral en clínica, gestión y compromiso social.

Y los alumnos. ¿Son diferentes a los de España?

El alumnado de ambas facultades tiene características comunes: avidez por el aprendizaje y enorme interés en obtener solvencia en el ejercicio clínico diario. Podría ser muy enriquecedor para ellos la colaboración entre universidades portuguesas y españolas como vecinos que somos.

Actualmente estás impartiendo docencia en los cursos máster de la Universidad de Sevilla ¿Cómo llegan los recién graduados, tienen una buena formación de grado, hay diferencias entre las distintas universidades de origen?

Actualmente coordino el módulo de endodoncia del Máster de Odontología Familiar y Comunitaria de la Universidad de Sevilla, dicho máster busca y consigue la formación integral del odontólogo recientemente egresado. Durante el período de formación asistimos a una rápida y sólida transformación en el alumnado. Las últimas ediciones hemos detectado carencias marcadas del alumnado que ingresa ya que sufrieron la falta de prácticas clínicas durante el período pandémico.

¿Qué interés por la formación continuada tienen los dentistas en nuestro país?

Antiguamente la mayoría de los egresados, incluso antes de terminar, se planteaban comenzar a trabajar y rápidamente ingresaban en el mercado de trabajo, es cierto que el abanico de posibilidades que existe actualmente para ampliar conocimientos en las especialidades que te pueden atraer no existía antes o era bastante escaso. Ahora noto que muchos alumnos que terminan no empiezan a trabajar sin haber pasado por un programa de formación continuada.

Hablemos de la endodoncia y permítenos introducir aquí al Dr. Ángel Lasala Carreras con una breve referencia a quien fue, pues la mayoría de los más jóvenes, los que llevan ejerciendo menos de veinticinco años no le conocerán. Ángel Lasala, Zaragoza 1914, falleció en 2005, médico estomatólogo que tuvo que exiliarse a Venezuela por motivos políticos después de la guerra de 1936, es considerado como uno de los padres de la endodoncia. Se Jubiló en 1978, pero siguió impartiendo docencia hasta sus últimas fuerzas.

Haya por el año 1992 el Dr. Lasala ponía un gran énfasis en el tacto de nuestros dedos en el manejo de la lima para localizar el ápice. ¿Como ha sido el cambio de la endodoncia en estos treinta años?

Hemos enfatizado que la endodoncia hasta la fecha ha gozado de una serie de mejoras, a través de las cuales ha originado cambios sin menoscabo de las técnicas clásicas. Es verdad que con la incorporación de limas rotatorias al ir montadas sobre un contraangulo no puedes valerte del tacto sensible digital, pero también es cierto que en muchos casos seguimos complementando nuestros tratamientos con limas manuales tradicionales y por consiguiente con el tacto digital que forma parte del legado que nos dejó el Prof. Lasala al que también tuve la oportunidad de conocer.

¿Estamos en la era de la endodoncia digital y mecanizada o ya está superada esa fase? ¿Cuál es el momento actual en endodoncia?

Según mi criterio, nos encontramos en la era de la endodoncia mecanizada y estamos entrando en la era digital, pero publicaciones científicas solventes indican que nos acercamos a la microrobótica y nanotecnología en endodoncia.

Las especialidades en odontología son una reivindicación de una parte del colectivo. ¿Visto lo que nos has contado, crees que la endodoncia debería ser tenida presente a la hora de aprobar por fin las especialidades? Plantea tus argumentos a los que aún no las apoyan.

El dentista general debe seguir existiendo, pero estimo que la endodoncia debe prevalecer como especialidad equiparándonos a países desarrollados como EEUU y la mayoría de los de la Unión Europea, de la cual formamos parte y con los que tenemos que convivir en competencia.

Un buen diagnóstico en endodoncia ayuda a salvar dientes y en ocasiones vidas. ¿Te llega a ti y, en general, a los que os dedicaís a esta área en exclusiva, el reconocimiento de vuestra aportación por parte del paciente? ¿Y de los compañeros?

Es verdad que el paciente de inicio no valora la endodoncia, la cual no la ve ni la aprecia igual que la imagen vigorosa que le ofrece la estética, pero si es bien explicado el trabajo meticuloso que cuesta y los beneficios que supone al paciente, al final llega a entenderlo y valorarlo.

Con relación a los compañeros que nos remiten casos clínicos a los endodoncistas, mi impresión es que no solo sentimos el reconocimiento y el respeto por ello, sino que les estamos agradecidos por su confianza.

En estos tiempos se levantan las voces de grandes profesionales, sobre todo desde el ámbito universitario, alertando del olvido de la importancia del diagnóstico. ¿Compartes esta reflexión?

Esto es graníticamente cierto, lo vivimos casi a diario con los alumnos, algunos se lanzan directamente a preguntar sobre el tratamiento o vienen tan solo con una prueba radiográfica sin haber pasado por un diagnóstico colmado de las pruebas necesarias que evite el error en el tratamiento. La importancia de un buen diagnóstico también hay que inculcarlo desde el principio, convenciendo al alumno de que errar en el diagnóstico es errar en la solución.

En el dilema extracción – implante o endodoncia que desgraciadamente parece inclinarse por lo primero en muchos profesionales. ¿Qué opinas que está fallando?

Veo necesario una orientación conservadora de base que no confunda al estudiante y que le haga ver, liderando desde la sana crítica, que el implante sí, pero cuando sea rigurosamente necesario, valorando previamente las opciones de preservar el diente cuando sea posible.

¿Una recomendación para los que terminan los estudios de grado o llevan poco tiempo en la profesión?

Aconsejo una formación integrada justo cuando el alumno finaliza su estudio de grado para, con esa base formativa, poder elegir una especialidad determinada.

Tuve la inmensa fortuna de contar con maestros de élite como el Prof. Juan Feito Fidalgo (DEP) en el Doctorado, el Prof. Rafael Miñana Laliga (DEP) en mi 1º programa de endodoncia y con el Prof. Singcut Kim en mi 2º programa de microcirugía endodoncica y microendodoncia, un buen maestro clínico en el área por la que más te inclinas, que te guíe en tu formación es decisivo, a mí me ha ido bien y creo que funcionaria para las nuevas generaciones.

Por último, algo personal ¿Qué hace un endodoncista cómo tú en el tiempo que no está en la clínica o en la docencia? ¿Cuáles son tus aficiones?

El poco tiempo que tengo lo reparto entre actividades deportivas, de contacto con la naturaleza, compartir tiempo con familia y amigos y últimamente la apasionante labor de devolver a la sociedad, a través de la odontología social, algo de lo que nos dio. Gracias a la Fundación Odontología Social Luis Seiquer tengo el privilegio de poder ayudar a devolver la sonrisa a los que no pueden acceder a la odontologia remunerada.