Dentina autóloga como material de relleno óseo: segunda vida para dientes extraídos

Pablo Barenblit Scheinin
Odontólogo, Doctor en Odontología Universidad de Barcelona
Co-Director Máster Clínica en Implantología y Prótesis Oral, Universidad de Barcelona
Elena Isern Pi
Graduada en odontología, Universitat Internacional de Catalunya
Máster Clínica en Implantología y Prótesis Oral, Universidad de Barcelona
Correspondencia: pbarenblit@ub.edu

RESUMEN
La dentina proveniente de dientes extraídos del propio paciente tiene una composición muy parecida al hueso y es un material autólogo con lo que ello conlleva. Este material, parece ser una alternativa predecible al uso de otros para la preservación y regeneración de las crestas óseas. La dentina es obtenida de dientes que deberían ser extraídos del propio paciente y en vez de ser descartados, tras un procesado, pasan a ser utilizados como material de relleno óseo.

En este artículo se presentan diferentes casos clínicos y un estudio histopatológico del resultado del uso de esta técnica.

INTRODUCCIÓN
Actualmente, la rehabilitación dental con implantes osteointegrados está guiada por el estudio protético y no por la disponibilidad ósea del paciente. La atrofia de las crestas óseas, producida por una extracción dental o ausencia dentaria, produce diferentes tipos de defectos. Por lo que, para la correcta colocación en 3D de los implantes dentales, es frecuente recurrir al uso de técnicas que nos permiten preservar el alvéolo manteniendo el perfil del hueso alveolar y/o ampliando el mismo.

Estos defectos deben clasifi carse para saber que tipo de técnica y tipo de biomaterial se va a utilizar, dado que existen
distintos protocolos a seguir.

Para la selección de los biomateriales, es indispensable tener en cuenta sus propiedades: la osteoconducción, la osteoinducción y la osteogénesis. Los biomateriales no autógenos disponibles son los aloinjertos, xenoinjertos y aloplásticos. El hueso autógeno todavía se considera el “gold estándar” para el aumento óseo porque presenta las tres propiedades. Sin embargo, la morbilidad del sitio donante, la fuente limitada y las altas tasas de reabsorción pueden ser inconvenientes a la hora de usar este tipo de biomaterial.

El uso de dentina autóloga parece ser una alternativa predecible al uso de los otros biomateriales. La dentina es derivada de dientes no recuperables y/o que deben ser extraídos del propio paciente y en vez de ser descartados, pasan a ser utilizados como material de relleno. Tiene una composición muy parecida al diente. Presenta el mismo origen embrionario que el hueso y esto puede explicar la capacidad de formación ósea y que los resultados histológicos sean similares a los de injertos óseos autológos.

Si bien técnicas similares se conocen hace décadas, recientemente, el uso de materiales procedentes de los dientes ha
causado un gran interés, debido a la amplia disponibilidad de dientes que se extraen todos los días y se desechan.

Existen en el mercado varias opciones para el uso de los dientes como material de injerto: el uso de la dentina desmineralizada, dentina parcialmente desmineralizada, la dentina inmediatamente extraída y dentina alogénica. Las publicaciones recientes se han centrado en la dentina mineralizada ya que, a diferencia de los otros tipos, la preparación de estos injertos es más rápida (15-20 minutos) y en un solo acto quirúrgico.

INTRODUCCIÓN
Actualmente, la rehabilitación dental con implantes osteointegrados está guiada por el estudio protético y no por la disponibilidad ósea del paciente. La atrofia de las crestas óseas, producida por una extracción dental o ausencia dentaria, produce diferentes tipos de defectos. Por lo que, para la correcta colocación en 3D de los implantes dentales, es frecuente recurrir al uso de técnicas que nos permiten preservar el alvéolo manteniendo el perfil del hueso alveolar y/o ampliando el mismo.

Estos defectos deben clasificarse para saber que tipo de técnica y tipo de biomaterial se va a utilizar, dado que existen
distintos protocolos a seguir. Para la selección de los biomateriales, es indispensable tener en cuenta sus propiedades: la osteoconducción, la osteoinducción y la osteogénesis. Los biomateriales no autógenos disponibles son los aloinjertos, xenoinjertos y aloplásticos. El hueso autógeno todavía se considera el “gold estándar” para el aumento óseo porque presenta las tres propiedades. Sin embargo, la morbilidad del sitio donante, la fuente limitada y las altas tasas de reabsorción pueden ser inconvenientes a la hora de usar este tipo de biomaterial.

El uso de dentina autóloga parece ser una alternativa predecible al uso de los otros biomateriales. La dentina es derivada de dientes no recuperables y/o que deben ser extraídos del propio paciente y en vez de ser descartados, pasan a ser utilizados como material de relleno. Tiene una composición muy parecida al diente. Presenta el mismo origen embrionario que el hueso y esto puede explicar la capacidad de formación ósea y que los resultados histológicos sean similares a los de injertos óseos autológos.

Si bien técnicas similares se conocen hace décadas, recientemente, el uso de materiales procedentes de los dientes ha
causado un gran interés, debido a la amplia disponibilidad de dientes que se extraen todos los días y se desechan. Existen en el mercado varias opciones para el uso de los dientes como material de injerto: el uso de la dentina desmineralizada, dentina parcialmente desmineralizada, la dentina inmediatamente extraída y dentina alogénica. Las publicaciones recientes se han centrado en la dentina mineralizada ya que, a diferencia de los otros tipos, la preparación de estos injertos es más rápida (15-20 minutos) y en un solo acto quirúrgico.

CASOS CLÍNICOS
En este artículo se presentan diferentes casos clínicos utilizando dentina mineralizada y un estudio histopatológico del resultado del uso de esta técnica.

En todos los casos clínicos se siguió el mismo procedimiento. Es un proceso que permite la preparación de la dentina en partículas libres de bacterias utilizando dientes autólogos recién extraídos, que están listos para su uso inmediato (siempre y cuando no estén endodonciados).

El protocolo a seguir consiste en primer lugar, en la extracción y limpieza de los dientes con curetas, gasas y fresas de
tungsteno para eliminar caries, cálculo y elementos externos.

En segundo lugar, el proceso de triturado y tamizado para la obtención y selección de las partículas (fi g. 1-3). A continuación, sumergir las partículas de dentina seleccionadas en una solución de NaOH y Etanol para disolver todos los desechos orgánicos, bacterias y toxinas. Por último, se retira la primera solución y se deja la dentina en una solución salina ya preparada para ser usada como injerto (fi g. 4-7).

Figura 4,5,6 y 7: Desinfección y preparación injerto particulado.
Figura 1, 2 y 3: Extracción, limpieza y particulado del diente.

Las partículas para ser eficientes, según varios autores, deben oscilar entre 400 y 1000 μm. (menos de < 250- 300 μm no son eficientes y deben ser descartadas). Se puede utilizar el diente en su totalidad (esmalte, dentina y cemento) o eliminando el esmalte. Existe controversia: por un lado, se ha estudiado que el esmalte tiene cierto potencial para la regeneración ósea, y por otro lado, distintos autores hacen hincapié en eliminar el esmalte debido a su alta densidad mineral que inhibe la proliferación de células osteoblásticas.

CASO CLÍNICO 1: Extracción del tercer molar inferior izquierdo para regeneración ósea guiada (R.O.G) en 3.7. para la posterior colocación de implantes dentales en 3.6. y 3.7. (fig. 8-11).

Figura 8: dientes extraídos y material particulado obtenido.
Figura 9: pruebas complementarias pre R.O.G.
Figura 10: Pruebas complementarias post R.O.G.

CASO CLÍNICO 2: Extracción de segundo y tercer molar superior derecho fuera de oclusión para la regeneración ósea guiada y la colocación de implante inmediato en 2.4. (fig. 12-14).

CASO CLÍNICO 3: Extracción de 1.5. y preservación alveolar para la posterior colocación de implante (fig. 15 y 16).

CASO CLÍNICO 4: Extracción de 4.7. y 4.8. para la elevación sinusal derecha previa a la colocación de implantes (fig. 17 y 18).

Según los resultados histológicos de biopsias realizadas posteriormente al uso de esta técnica, sí existió neoformación ósea, coincidiendo con los resultados del estudio de Gual-Vaqués et al. y el de la mayoría de los artículos revisados. Se ha observado en los análisis histológicos una imagen característica: las partículas de dentina envueltas por hueso recién formado (fi g. 19). En los estudios revisados, la reabsorción total del tejido dentinario no se ha producido en todos los casos. Los autores han concluido, que el tiempo necesario de cicatrización para la colocación diferida de implantes dentales sea de 3 a 6 meses y que la posterior carga protética de los mismos sea entre los 2 y 4 meses siguientes.

DISCUSIÓN
Todos los autores afirmaron que su potencial biológico es debido a su origen embriológico y composición semejante a la del hueso, con la capacidad osteoinductora y osteoconductora que presenta. Se ha estudiado que el hueso cortical, la dentina y el cemento son matrices altamente mineralizadas. La dentina posee aproximadamente 70% de matriz inorgánica y 20% de matriz orgánica. En el hueso, existe un 65% de componentes inorgánicos y el 25% de orgánico.

El material inorgánico de los dientes contiene la hidroxiapatita (HA) y otros tipos de fosfato cálcico (fosfato ß-tricálcico (ß-TCP), fosfato de calcio amorfo (ACP) y fosfato de octacalcio (OCP)), similar a los minerales de los tejidos óseos humanos. Este contenido inorgánico confiere la propiedad osteoconductora. En el 90% de la matriz orgánica de la dentina predomina una red fibrosa de colágeno tipo I y el 10% restante de la matriz de dentina está formado por proteínas no colágenas (osteocalcina, la osteonectina, la fosfoproteína y la sialoproteína) que desempeñan un papel importante en la calcificación ósea. También predominan factores de crecimiento como las proteínas morfogenéticas óseas (BMP) y el factor de crecimiento transformante (TGF), dándole a los dientes la propiedad osteoinductiva.

Podría definirse como un material que tiene la función de hacer de puente efectivo para las BMP. Las BMP de la dentina promueven la diferenciación de las células mesenquimales, osteoclastos y osteoblastos favoreciendo así la formación de hueso. La eficacia de esta técnica, se ha visto en distintas indicaciones como la preservación alveolar, regeneración ósea guiada (tanto en maxilar o mandíbula) asociada o no a la colocación de implantes dentales y en elevaciones sinusales, siendo la preservación alveolar lo más estudiado. Además, existen estudios que lo comparan
con otros biomateriales como el xenoinjerto. Sin embargo, los resultados no fueron estadísticamente signifi cativos, por lo que faltan estudios para llegar a conclusiones.

Los inconvenientes al uso de dentina autóloga, son su disponibilidad y estado de los dientes a extraer. Las complicaciones quirúrgicas pueden ser similares a las de la regeneración ósea con otros biomateriales. Por contra, no hay posibilidad de reacción inmune a cuerpo extraño.

CONCLUSIONES
El uso de dentina autóloga como biomaterial de relleno parece tener un comportamiento similar a un injerto de hueso
autólogo, siendo así una alternativa viable y predecible. Es un biomaterial apto para cualquier tipo de acto quirúrgico. El tiempo de cicatrización del injerto oscila de 3 a 6 meses para la colocación de implantes. Faltan más estudios y evidencia científica para obtener resultados estadísticamente significativos.