Inteligencia Artificial Y Mercantilismo. Reflexiones sobre la ética en la Odontología moderna.

Rosa Marco Millán

Presidenta Sociedad Española de Odontología y Estomatología

Académica de la Academia Pierre Fauchard

Los condicionamientos económicos son la vocación actual de cualquier profesión. Es nuestro deber dar más formación y ejemplo a las generaciones futuras.

En los inicios de la filosofía, fue Sócrates el primero que empezó a hablar de ética, Sócrates no dejó ningún texto escrito, conocemos su pensamiento a través de los escritos de Platón en el texto “la Apología de Sócrates”, son diálogos de sus últimos días antes de su injusta muerte. Pero fue Aristóteles el que sentó las bases, en la obra “Ëtica Nicomaquea”.

La Ética es la parte de la filosofía que estudia el comportamiento del ser humano en relación al discernimiento entre el bien y el mal, los preceptos morales, el deber, y el bienestar común. Está íntimamente ligada a la moral pero es totalmente diferente. La moral son normas que adoptamos por tradición y la ética analiza que normas serían correctas.

Un ejemplo claro es el del médico que debe curar a un asesino. Moralmente es probable que lo dejara morir porque ha matado a otras personas, pero éticamente debe salvarlo. La ética profesional debe garantizar la actuación correcta cuando la moral personal entra en conflicto con el deber profesional.

La ética es una parte fundamental en la formación y cuya finalidad sería la aplicación de los conocimientos de manera única a cada “persona” y no sólo al cuidado de su boca. Debemos tener conciencia de que nuestros tratamientos deben encaminarse a mejorar la calidad de vida y el bienestar, y ser conscientes de que pueden repercutir positiva o negativamente en el paciente. No debemos olvidar “tratar enfermos y no sólo enfermedades”.

En Odontología, los principios éticos, establecen los están- dares de comportamiento que los dentistas deben seguir para mantener la integridad y el respeto en su práctica.

  1. Respeto por la autonomía del paciente y su capacidad para tomar decisiones informadas sobre su atención dental.

  2. Hay que proporcionar un tratamiento dental de calidad, basado en el conocimiento y la competencia profesional, y priorizar el interés del paciente por encima de cualquier otro.

  3. Debemos respetar al máximo el principio ético basado en la premisa de “no causar daño”.

  4. Hay que proporcionar una atención justa, equitativa y accesible a todos los pacientes, independientemente de su origen étnico, religión, género, orientación sexual o condición socio-económica.

  5. La confidencialidad es un principio fundamental en la relación entre dentista y paciente. Relación de confianza.

Los derechos y deberes de los profesionales enmarcados en aspectos legales es lo que llamamos DEONTOLOGÍA, se debe sancionar su inobservancia. Aplicar un código ético ayuda a la relación entre profesional y paciente. El conocimiento y uso de las normas éticas y valores lleva al éxito profesional y evita muchos problemas.

LA BIOÉTICA es la preocupación por la necesidad de reflexión sobre los conflictos éticos a los que nos hemos visto abocados por los avances de la ciencia en el campo de la medicina y la salud. No defiende una posición moral concreta, ni extrema, ni busca soluciones pero si reflexiones críticas y argumentadas para una situación determinada, como es la incorporación de nuevas tecnologías, sistemas automatizados, softwares, nuevos protocolos etc.

El inicio del siglo XXI se recordará como la 4a revolución industrial, por los algoritmos y el big data que ejecutará la inteligencia artificial gracias a la potencia de los ordenadores y a Internet. El avance tecnológico es un fenómeno imparable que está cambiando la historia de la humanidad.

Su acción condiciona de manera imperceptible y de forma creciente como nos informamos o comunicamos; cómo consumimos, o como nos relacionamos.

Ya lo decía Darwin “no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”. La inteligencia es la capacidad de adaptarse al medio.

Y la Inteligencia Artificial aplicada a la odontología ¿es una necesidad?: Indudablemente sí.

Se ha convertido en el estandarte más importante del cambio económico y social del siglo XXI, gracias a ella hemos avanzado en la prevención, diagnóstico, tratamiento y en mejorar la calidad de vida de los pacientes de una manera más ética y eficaz.

Hace años que desempeña un papel importante en la odontología, desde el diagnóstico y el diseño de tratamientos, gestión de registros e incluso en la atención al paciente. La encontramos también en los cepillos dentales eléctricos, con su aplicación para el móvil, visiografias, CBCT, que te calculan densidad de hueso, posición del implante para cirugías guiadas, Robots endodónticos, robots quirúrgicos. Nanorobots. El “Exocad”, que es un cadcam con capacidad de aprendizaje. El Scanner intraoral y facial para ortodoncia. Impresoras 3D para carillas y férulas. Y cientos de aplicaciones más.

La relación entre la odontología ética y la inteligencia artificial implica considerar la responsabilidad, la privacidad,
la transparencia, la equidad y la competencia profesional.

A medida que la IA se incorpora cada vez más en la práctica dental, es imprescindible analizar sus principios éticos. La relación entre la odontología ética y la inteligencia artificial implica considerar la responsabilidad, la privacidad, la transparencia, la equidad y la competencia profesional.

  1. Es responsabilidad nuestra conocer y tener criterios para adaptar la IA a nuestros conocimientos y nivel de trabajo. Además, debemos incluir la capacidad de tomar decisiones éticas, realizar tratamientos predictibles y utilizar la IA como una herramienta complementaria, no como un reemplazo de la atención y del diagnóstico clínico humano. Un ejemplo claro es el de los alineadores de ortodoncia que están basados en la aplicación de la IA. A pesar de la gran cantidad de algoritmos siempre debemos estar tomando el control (clincheck) porque influye nuestro criterio, nuestra visión estética, las expectativas del paciente etc.

  2. El uso de la IA en la odontología puede implicar la utilización y el análisis de grandes cantidades de datos de pacientes. Es fundamental garantizar la privacidad y la confidencialidad de estos datos, protegiendo los datos médicos y la información personal de los pacientes de manera segura y cumpliendo con las regulaciones de protección de datos. Lo ideal sería que pudiésemos anonimizar estos datos pero también perderíamos mucha información.

  3. La transparencia en cuanto a los algoritmos, los datos utilizados y los posibles sesgos que pudiese conllevar es funda- mental para una práctica ética.

  4. Equidad y sesgo algorítmico: Los dentistas deben tener cuidado de que los sistemas de IA utilizados no perpetúen o amplifiquen las desigualdades existentes en la atención dental y deben monitorear y mitigar cualquier sesgo algorítmico.

  5. La implementación de la IA en la odontología requiere que los dentistas estén actualizados en los avances tecnológicos y que sean competentes en su uso ético para garantizar una práctica dental priorizando el bienestar del paciente y asegurándose de que los beneficios de la tecnología se apliquen de manera justa y responsable.

“La clave está en utilizar la inteligencia artificial como una herramienta complementaria y en encontrar un equilibrio adecuado entre la tecnología y el enfoque centrado en el paciente, preservando la importancia de la experiencia y habilidades clínicas de los profesionales.”

En odontología encontramos numerosos beneficios potenciales en inteligencia artificial:
1. El diagnóstico asistido por ordenador, es más rápido y más preciso. Tiene mayor calidad por un mayor nivel de precisión en el análisis de datos.
El 90% de los dentistas de Boston tiene un programa de diagnóstico, el Videa. Con el examen tradicional el 50% de las caries no se detectan y el 30% de los diagnósticos son erróneos. Otro ejemplo es la detección de la gingivitis a través de una fotografía intraoral. (un estudio publicado por la revista International Dental Journal asegura que la precisión en la detección es superior a un 90%).

2. Los procedimientos son más sencillos para el paciente y disminuyen tiempos en clínica.

3. En la planificación del tratamiento en 3D, hacer una simulación, permite hacer correcciones antes de comenzar.

4. El diseño en prótesis es más optimizado.

5. El control del tratamiento, con simplemente con una foto de la boca del paciente nos permite hacer un seguimiento y una detección precoz de problemas.

  1. Reducción del error humano.

  2. Es una importante ayuda en investigación científica debido a la inmediatez de gestión y procesamiento de grandes cantidades de datos.

También existe la posibilidad de IMPACTOS NEGATIVOS

  1. Como la dependencia excesiva de la tecnología ya que los profesionales confían demasiado en los algoritmos y sistemas de IA. Esto puede disminuir la capacidad de los dentistas para tomar decisiones clínicas basadas en su experiencia y juicio personal, lo que potencialmente afecta a la calidad del diagnóstico y tratamiento.

  2. Fallos en el reconocimiento y análisis de datos ya que los sistemas de IA dependen de gran cantidad de datos para su entrenamiento y funcionamiento. Sin embargo, estos sistemas pueden estar sujetos a errores o sesgos si los datos utilizados para su desarrollo no son representativos o están mal etiquetados. Esto puede llevar a diagnósticos incorrectos o recomendaciones de tratamiento inadecuadas, comprometiendo la salud de los pacientes.

3. La Odontología es un campo que implica estrecha relación médico-paciente, basada en la confianza y la comunicación afectiva. El uso excesivo de la inteligencia artificial puede conducir a la pérdida de atención y conexión humana, ya que los pacientes pueden sentirse menos atendidos o comprendidos al interactuar con sistemas automatizados en lugar de profesionales de salud.

4. Desplazamiento laboral. A medida que la IA se vuelve más sofisticada, existe la preocupación de que algunas tareas odontológicas puedan ser automatizadas donde ciertas funciones tradicionalmente realizadas por dentistas sean asumidas por sistemas de IA. Ya hemos visto los primeros robots limpiando caries o en China colocando implantes.

5. La protección de la privacidad y seguridad de los datos personales y médicos se vuelve esencial para evitar vulnerabilidades y riesgos de acceso no autorizado. La falta de protección podría comprometer la confidencialidad y confianza del paciente. ¿Están nuestros datos seguros en manos de máquinas con capacidad de aprendizaje?

Hace unos años facebook tuvo que desconectar una de sus inteligencias artificiales porque había desarrollado un lenguaje que no conocían sus creadores. Recordemos también los últimos hackeos a hospitales en Cataluña, que han paralizado los servicios médicos. Por el historial de un paciente se puede llegar a pagar, en la Internet profunda entre 250 y 850€. Estos datos los utilizan para fraudes y suplantación de identidad.

 

6. Sesgo de automatización.

Las personas que utilizan un sistema algorítmico como apoyo a sus decisiones, otorgan más peso a la decisión o resultado del sistema.
Los profesionales tienden a confiar en los sistemas automatizados todo el tiempo, a pesar de las advertencias sobre sus errores/riesgos. Hay tres razones para sobrevalorar la capacidad del sistema:

– La tendencia innata a elegir el camino más fácil.
– La percepción de que el sistema es un ente objetivo dotado de autoridad.
– Y la difusión del sentido de responsabilidad, donde el profesional tiende a descargar su responsabilidad a los sistemas de automatización, es decir: el creador del programa, el comercial del programa, o el usuario.

La aplicación rutinaria de los resultados algorítmicos conlleva una dejación de responsabilidad.

7. Control humano significativo.

Los seres humanos deben mantener una relación real o contribución al proceso de toma de decisiones. Deben mantener la supervisión y contribuir en la decisión durante todo el proceso.

Esto implica vigilancia, validación y feedback, con mecanismos de evaluación y regulación basado en la evidencia científica disponible.
El tiempo es un factor esencial en la reflexión o deliberación para la toma de decisiones, la falta de tiempo puede reforzar los sesgos de automatización y limitar la capacidad de influencia de la persona sobre el sistema automatizado. Se calcula que el profesional pasa un 40% de su tiempo frente al sistema informático o tecnológico, tiempo que se le quita al paciente.

Entonces lo más importante que necesitamos llegado este punto es la LEGISLACIÓN EN INTELIGENCIA ARTIFICIAL, que a día de hoy no existe, solo guías o recomendaciones.

El principio general de que todo lo que no está prohibido explícitamente está permitido, aquí no se puede aplicar. La IA necesita de la Ética y necesita regulación.

El nuevo Reglamento de IA del Parlamento Europeo, primero en el mundo, es una evolución de la Ley de protección de datos.

La prioridad es garantizar que los sistemas de IA sean seguros, transparentes, trazables, no discriminatorios y respetuosos con el medio ambiente.

Deben ser supervisados por personas en lugar de por la automatización.

Necesitamos reguladores que impidan de manera rápida y dura el mal uso de la IA. Hay que revisar los algoritmos de la IA con técnicos e instructores. En junio de 2023 se aprobó el primer borrador para su debate en el seno de la Comisión Europea. Y Debemos defender nuestros derechos, ya que hay dos modelos de derechos en IA, el Europeo, similar al de EEUU, Australia, etc y el modelo de los países totalitarios como China.

Combinando la tecnología digital y la capacidad humana, a día de hoy somos capaces de tratar mucho mejor a nuestros pacientes.

¿Corremos el riesgo pues de la DESHUMANIZACIÓN de la profesión?

¿Llegará el día en que un robot nos escanée la boca, haga un diagnóstico y nos arregle una caries?

Como es lógico hasta dentro de unos años no sabremos el resultado de estas cuestiones.

En odontología dejar el plan de tratamiento en manos de un software, supondrá que en muchos casos se tomen decisiones equivocadas o malintencionadas especialmente en los SOBRETRATAMIENTOS. Por eso el ser humano debe mantener en todo momento el control en el proceso.

También corremos el riesgo de que se utilice un tratamiento u otro en función de decisiones automatizadas por crear un perfil en base a datos personales.

¿A dónde nos lleva esto? ¿Qué consecuencias tiene que una máquina pueda hacer nuestro trabajo?

¿Qué un gestor pueda gestionar un tratamiento y que el dentista sea un mero peón?.

Esto puede llevar al dentista a padecer el Síndrome de Burnout.

Qué el profesional odontológico se queme. Se automatice.

¿Qué deje sus decisiones diagnósticas a una máquina? Esto también puede estar provocado por falta de pericia y formación del dentista.

Otro dilema es si el dentista recién terminado o con una clínica pequeña de barrio puede acceder económicamente a esta tecnología? A parte de los altos costes de los aparatos también necesitaremos un potente equipo de ordenadores y por supuesto personal informático que garantice el correcto funcionamiento de nuestros equipos y sistemas tecnológicos.

¿Está entonces en inferioridad de condiciones? por ejemplo a las franquicias o compañías de seguros o grandes empresas que si tienen capital para comprar los últimos tac, escáneres, programas etc. ¿Se castiga al dentista independiente a volver a la barbería?

España se ha convertido en uno de los países con más dentistas por habitante. Cada año se licencian alrededor de 1850. Contamos con 1 dentista por cada 1200 habitantes cuando la OMS recomienda 1 por cada 3.500. De aquí a 2030 se calcula que 7000 odontólogos tendrán que emigrar a otros países. De 40.500 actuales se pasará a casi 50.000 en 2030. Es decir un aumento del 21%. Esto da lugar a que determinadas empresas encuentren mano de obra barata. Triste panorama para los nuevos graduados.

Dije al principio que parece que tendemos a la MERCANTILIZACIÓN de la profesión y que empezamos por elegir la profesión sólo por condicionamientos económicos. Mucha culpa la tienen las franquicias y los seguros dentales donde se realizan muy frecuentemente SOBRETRATAMIENTOS. En una compañía de seguros o una franquicia se deben cumplir unos objetivos económicos. Y en muchas de este tipo de clínicas es el gestor, el que para llegar a los objetivos, el que elige el tratamiento en función del beneficio económico y no del beneficio de la salud dental del paciente.

Con esto me refiero, por ejemplo, a que se deberían realizar más tratamientos conservadores y no solamente hacer procedimientos con implantes, más lucrativos.

En España se colocan alrededor de 1.500.000 de implantes anuales. Somos el tercer país europeo en número de implantes cuando somos uno de los últimos en ir al dentista.

Los seguros dentales a menudo tienen limitaciones en los tratamientos cubiertos y esto puede plantear un desafío ético para los dentistas, ya que pueden surgir conflictos entre la atención óptima del paciente y los límites impuestos por el seguro.

Quizá sea una solución a este problema sería la realización de auditorías externas al igual que se realizan en cualquier otra empresa.

Desde un punto de vista jurídico, los servicios que ofertan la mayoría de los seguros dentales, el marketing o la publici- dad utilizada queda claramente probado que con este tipo de prácticas podrían no estar cumpliendo los principios de ética y deontología profesional. Las compañías de seguros que ofrecen servicios dentales no están cumpliendo con los requisitos legales que se exigen para llamarse “seguros dentales” ya que lo que ofrecen son “servicios de salud” actuando como intermediarios entre paciente y el odontólogo, tal y como pone de manifiesto el Tribunal Balear en Sentencia 593/2022 contra Asisa Dental.

Es la primera vez en nuestro país que se consigue una sentencia favorable a la profesión contra el abuso de las compañías de seguros dentales.

Es un inicio en la lucha contra el mercantilismo en la profesión.

Creo que ha llegado el momento de parar, mirar alrededor y dar un nuevo enfoque a la Odontología.

HAY QUE REHUMANIZAR LA ODONTOLOGÍA
Todo esto debería llevarnos a practicar al igual que en Medicina, la nueva medicina “5P” en Odontología, la odontología 5P

• Preventiva, (antes de que ocurra)
• Participativa (formar pacientes de calidad) • Personalizada (big data para cada paciente) • Predictiva (activa no reactiva)
• Poblacional (aumento de accesibilidad)

Hay que promover la CALIDAD en lugar de la CANTIDAD

Unirnos al movimiento Slow. El movimiento Slow surgió en 1986 en contraposición al fast food, en protesta por la apertura de un Macdonals en el centro de Roma. A partir de aquí, este concepto se extrapoló a muchos sectores profesionales. En el año 2000 este concepto se incorporó a la medicina.

En odontología su filosofía se basa en la humanización del servicio y el trato al paciente, siendo su base fundamental. La odontología slow nace de la necesidad de establecer una relación entre dentista y paciente basado en la confianza, la profesionalidad y la excelencia para conseguir el mejor resultado para ambas partes. La odontología slow se fundamenta en cuatro premisas básicas: calidad, método de gestión, experiencia con el paciente, y tecnología.

Pero por desgracia se ha puesto de moda otro tipo de odontología donde el mercantilismo, el excel y el plan financiero marcan las pautas. Creo que no es bueno para nadie, ni siquiera para las clínicas que trabajan así. Lo positivo para la sociedad y para cualquier profesional es prestar calidad asistencial y calidad en los tratamientos para hacer de “ganar dinero” la consecuencia, no el fin.

En cuanto al tercer pilar para una odontología más humana, el de la formación, sería ideal, pero difícil, realizar una prueba de vocación/habilidades y no sólo nota de corte para el acceso universitario.

Formar Odontólogos éticos implica integrar la ética en el curriculum, modelar comportamientos, fomentar la reflexión, proporcionar experiencia clínica supervisada y promover la educación continuada.

Al enfatizar la importancia de la ética desde la formación, se sientan las bases para una práctica dental ética y responsable a lo largo de toda la carrera profesional.