«La publicidad engañosa es simplemente inaceptable”
A juzgar por las últimas encuestas y la tendencia de la opinión pública, Ciudadanos está transitando desde la frescura de los nuevos partidos políticos con dificultades para acercarse a ámbitos de poder a una alternativa clara y real de gobierno. Quizá sea un ejercicio de ciencia-ficción hacer un pronóstico político con la mitad de la legislatura todavía por delante, pero lo cierto es que ya no es descabellado pensar que la formación naranja pueda ser decisiva en el gobierno futuro del país. Así las cosas, las opiniones de su portavoz de Sanidad en el Congreso, Francisco Igea (Valladolid, 1964), cobran ahora más relevancia que nunca antes. Licenciado en Medicina y Cirugía y especialista en Aparato Digestivo, ha sido jefe de sección del Hospital Río Carrión, de Palencia, hasta su paso a la política activa. Igea es directo en sus consideraciones sobre la sanidad, los profesionales y la odontología. No tiene reparo en reconocerlo si no tiene un criterio definido, pero cuando lo tiene, es categórico.
REDACCIÓN
ODH: Desde su condición de médico, háganos una valoración de la evolución del Sistema Nacional de Salud en los últimos años.
FRANCISCO IGEA: El Sistema Nacional de Salud (SNS) es una herramienta imprescindible en el modelo de estado de bienestar. Sin embargo, durante estos últimos años, ha sufrido un importante deterioro. Los niveles de calidad, de equidad y de justicia en el trato a sus profesionales han sufrido un evidente deterioro. Es imprescindible que el ministerio retome el liderazgo en el control y supervisión del SNS. No se trata de recentralizar nada, pero sí de retomar competencias abandonadas por el Gobierno.
«El intrusismo es más bien un caso de explotación laboral absolutamente desordenado»
ODH: ¿Veremos algún día un Consejo Interterritorial ejecutivo o es un objetivo inalcanzable?
FI: Es imprescindible, no puede demorarse más. Es una absoluta irresponsabilidad por parte de todos los autores, que están convirtiendo el SNS en una herramienta de subasta electoral e incumpliendo gravemente lo previsto en la Ley General de Sanidad y en la Ley de Cohesión respecto al acceso de todos los españoles en condiciones de igualdad efectiva.
ODH: ¿Cree que es necesario reconsiderar el alcance del Real Decreto-Ley 16/2012, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del SNS, si con ello se estuviera más cerca de un pacto de Estado por la sanidad?
FI: Creemos que, al menos, debe reformularse en varios aspectos. Debemos evitar los problemas de adherencia (anteriores al 2012) y resolver de forma definitiva el concepto de universalidad sin egoísmos e injusticias, pero también sin demagogias.
«Deberíamos incidir más en la regulación de la calidad de los servicios que en la restricción en las facultades»
ODH: Faltan médicos y sobran dentistas. ¿Esto es así de claro o hay matices?
FI: Las profesiones sanitarias, como el resto de las profesiones, ya no están sometidas únicamente a los requerimientos nacionales. Nuestros profesionales juegan en toda Europa y probablemente este hecho se subestimó cuando se planificó la salida de estudiantes. El maltrato continuado ha provocado la emigración tanto al exterior como a la medicina privada. En el campo de la odontología, es evidente que hay una plétora en el momento actual, pero deberíamos incidir más en la regulación de la calidad de los servicios que en la restricción en las facultades.
ODH: Hepatitis C, talidomida… ¿Comparte el hecho de que el Estado esté siempre a la altura de las reivindicaciones de los colectivos de enfermos y/o damnificados? ¿No se está poniendo el listón muy alto y que no va a ser posible cumplir con todo colectivo y toda reclamación?
FI: El Estado español debe asumir sus responsabilidades en el caso de la talidomida. Su actuación como Estado fue francamente negligente y eso incrementó el daño de manera innecesaria. Es una cuestión de solvencia moral. En lo que respecta al virus C, es evidente que un Estado moderno debe asumir el tratamiento de esta patología, sin embargo no creemos que la gestión de esta crisis haya sido un ejemplo de eficiencia. Hemos sido muy críticos con la manera de gestionarlo, y los datos desgraciadamente nos dan la razón. Debemos aprender mucho de los errores de esta crisis.
ODH: ¿Entiende fundamental un plan renove para la tecnología sanitaria? ¿Están los aparatos tan obsoletos como vienen avisando las empresas?
FI: Hay una gran inequidad también en este aspecto. Es preciso tener prevista la renovación del material y, en épocas de crisis, lo primero que sufre es la inversión en equipamiento. En campos como la radioterapia, por ejemplo, hay zonas casi catastróficas. Otros equipamientos sin embargo están sobredimensionados por la atomización provocada por la existencia de 17 sistemas que prácticamente no están interconectados. Deberíamos plantear con más frecuencia las posibilidades de acuerdo entre autonomías para hacer un aprovechamiento más racional de algunos recursos.
ODH: ¿Cómo observa Ciudadanos el paulatino proceso de asociacionismo en el colectivo de pacientes? ¿Cree que le falta profesionalización?
FI: Lo miramos con muy buenos ojos porque son el mejor evaluador externo del sistema. Probablemente, hace falta profesionalización, pero lo que es seguro es que necesita verse libre de cualquier sospecha de conflictos de interés.
ODH: ¿Qué espera del trabajo del grupo de expertos para la elaboración de un baremo de daños específico para el sector sanitario?
FI: Esperamos que se logre la eliminación de la progresiva judicialización de la práctica médica y que se cuente con las asociaciones de pacientes. No podemos establecer un baremo como este sin un consenso. Únicamente añadiría más desconfianza y más tensión, y el sistema está sobrado de ambas.
ODH: ¿Le preocupa a Ciudadanos la publicidad engañosa que tanto irrita a los dentistas?
FI: De hecho, la pasada legislatura promovimos una proposición no de ley a este respecto, y ésta tenemos registrada una segunda que en breve irá a la comisión. La situación es simplemente escandalosa no sólo por la publicidad, también por el blanqueamiento de dinero, falsos autónomos, financiación irregular…
ODH: ¿Es el intrusismo un mal específico del sector dental o es extensible a todo el ámbito sanitario?
FI: No creo que se trate de intrusismo, es más bien un caso de explotación laboral y comercial absolutamente desordenado. El sistema necesita controles de calidad efectivos y transparentes.
ODH: ¿La asistencia dental que cubren los servicios públicos de salud es la óptima o se puede ampliar?
FI: Es evidente que sería ideal aumentarla, sobre todo a los colectivos más desfavorecidos, pero cada prestación del SNS debe ser correctamente valorada y presupuestada. No podemos incrementar prestaciones sin incrementar presupuestos.
ODH: La creación de especialidades en Odontología es una cuestión que preocupa al colectivo. ¿Cuál es la postura de Ciudadanos al respecto?
FI: No tenemos una posición definida a este respecto. Nuestra postura en éste, como en todos los casos de regulación profesional, consiste en escuchar al sector e intentar conciliar los intereses legítimos de los profesionales con la mejor asistencia posible. Homogeneizar nuestra formación y nuestras titulaciones al conjunto de Europa es también prioritario. Apostamos por dotar a nuestros profesionales de la capacidad de moverse libremente por el territorio de la Unión Europea.
ODH: En la sanidad pública están definidas y delimitadas las funciones del personal y no es posible ver a un administrativo explicando los procedimientos clínicos a los pacientes, cosa que sí es habitual en la privada. ¿Qué opina de esta situación su grupo político?
FI: Esta práctica es simplemente inaceptable si no cuenta con la supervisión inmediata y directa de un profesional sanitario. El consentimiento informado no puede ser ni explicado ni asumido por otro tipo de profesional que el que va a hacerse responsable del mismo.
ODH: ¿Es necesaria una intervención desde el Estado para reducir el número de plazas de estudiantes de Odontología?
FI: No creemos en la intervención estatal, en el concepto antiguo de la palabra. Sin embargo, nuestra propuesta universitaria sí incluye claramente propuestas de financiación selectiva, según la salida de los egresados. Es decir, no tiene sentido la financiación pública de universidades que forman licenciados que no pueden ejercer su función. Ésta es, en nuestra opinión, la mejor manera de controlar los flujos de formación de profesionales. En cuanto a la universidad privada, es imprescindible ejercer el control de calidad que asegure la correcta formación. A partir de ahí, la iniciativa privada es muy libre de emprender sus aventuras a su propio riesgo.
«España tiene un excelente nivel
de calidad en la Odontología, que se está viendo empañado por algunos casos que deberían cortarse
de raíz»
ODH: ¿Qué opinión tiene del nivel de la Odontología?
FI: Creo que España tiene un excelente nivel de calidad en la odontología, que se está viendo empañado por algunos casos que deberían cortarse de raíz. Las manzanas podridas no pueden estropear el cesto. ●