Los honorarios son la remuneración que se recibe por el desarrollo de un trabajo. Los honorarios profesionales son propiamente el salario, paga y sustento que una persona tiene derecho por el ejercicio una profesión de manera independiente.
Bajo un régimen fiscal, correspondencia tributaria cuando recibe ingresos por la prestación de servicios profesionales de manera independiente (no como asalariados), y obviamente los médicos y odontólogos estamos obligados a emitir recibos de honorarios (facturas) por la prestación de servicios profesionales. Y si bien, como profesionales estamos obligados a tributar por nuestros honorarios, la primera pregunta es, ¿por qué no cobrar una consulta profesional?
Recuerdo muy bien que cuando era estudiante trabajaba en una pequeña clínica de una colonia popular, donde una promotora, con filipina no muy blanca, repartía tarjetas promocionales pregonando, “Pase al dentista, la consulta es gratis”. Gratuito es un adjetivo para lo que no cuesta dinero o se consigue sin pagar; lo gratuito, por tanto, no tienen ningún valor comercial, y se da un cambio de nada. La palabra gratis es una estrategia de promoción, y en la publicidad y el marketing lo usan mucho para alegar nuevos clientes.
Aquí la otra pregunta es, ¿vemos clientes o pacientes? Una consulta profesional es en realidad una cita para conocer al paciente, evaluar su caso, identificar las lesiones presentes y patologías evidentes, toda la propedéutica médica aplicada para establecer un diagnóstico, asignar un pronóstico y proponer al paciente un plan de tratamiento. Un buen diagnóstico es prioritario antes de realizar cualquier tipo de tratamiento. Por lo tanto, la primera cita es para hacer un diagnóstico, requiere toda una preparación profesional para interpretar signos y síntomas que llevan un resolutor el cuadro clínico que acude al paciente, desde la identificación de los factores etiológicos y la afectación anatómica a las características del proceso patogénico que produce una lesión o enfermedad determinada. Gnosis es conocimiento, y la máxima de un diagnóstico es: “Vemos lo que sabemos”. Una tercera pregunta ¿Haces diagnósticos o solo presupuestos?
Un presupuesto, en términos financieros, es un plan de operaciones y recursos de una empresa. Tradicionalmente, es el cálculo de los costos del costo por un servicio donde se valoran los gastos y las ganancias. Es cierto que un odontólogo debe conocer sobre economía y finanzas para llevar a cabo una buena administración de su consultorio o clínica, y para saber cómo establecer y cobrar sus honorarios profesionales. En el ámbito profesional, los honorarios se ubican primero en la función del establecimiento, el tiempo y el trabajo realizado, la complejidad de cada procedimiento, así como la experiencia y la trayectoria profesional del odontólogo. Otra evaluación se basa en el valor de los servicios que existen en el mercado nacional, donde siempre deben estar implícitos los gastos operativos de cada consultorio.
Y sin profundizar en cuestiones financieras, los honorarios profesionales también deben ir de acuerdo al valor que procesan los servicios, valorando qué tan asertivos, temas y científicos son los tratamientos. La cuarta pregunta es sobre el “peritaje” profesional (habilidad y conocimiento del experto). ¿Qué es más importante, la experiencia o la evidencia? Un odontólogo requiere desarrollar destrezas y habilidades, y no hay duda que la experiencia hace al maestro, pero quien trabaja solo con la experiencia corre el riesgo de cometer el mismo error y repetirlo con mayor seguridad. Así que las credenciales de todo profesional deben sumar continuamente no solo experiencia, sino mucho y nuevo conocimiento; se debe tomar las mejores evidencias disponibles, y por principio deontológico, ser competente, eficiente, diligente y responsable. Se debe permanecer continuamente actualizado y certificado, no solo para ofrecer mejores resultados en los tratamientos, sino también para enfrentar las mejores competencias.
No hay que temerle a la competencia, aunque haya mucha competencia; en verdad, a lo que se debe temer es a la propia incompetencia. Finalmente, ofrecemos consultas gratis está más apegado a los intereses de “gancho” comercial, donde el buscador de servicios profesionales tiene acceso gratuito a un plan de tratamiento lleno de procedimientos, muchos de ellos innecesarios, un fi n de llenar la cuota de aranceles o ajuste la tasa de bajos porcentajes que ofrecen los seguros dentales. En el próximo artículo trataremos los principios éticos relacionados con la conducta profesional, la veracidad y procedimientos innecesarios.
Es poco profesional presentar solo “presupuestos y consultas gratis”. Es más profesional presentar por escrito al paciente un diagnóstico, pronóstico, así como la ruta del plan de tratamiento donde se especifican los tiempos y procedimientos necesarios, y obviamente los honorarios profesionales correspondientes. La información debe estar perfectamente comprendida por el paciente, así como los objetivos y los beneficios del tratamiento, los posibles riesgos y molestias postoperatorias, y, cuando el caso lo amerite, la conveniencia de una consulta interdisciplinaria, todo lo cual, por norma, debe quedar firmado en un consentimiento informado.
* Este artículo fue publicado originalmente en Dental Tribune Latin America, edición que llega semanalmente a más de 110.000 odontólogos de habla hispana en América Latina.