F. Javier Cortés Martinicorena
Estomatólogo. Doctor en Medicina y Cirugía
En la película ¿Qué fue de Baby Jane?, protagonizada por Bette Davis y Joan Crawford, película de culto en su día, una antigua estrella infantil vive encerrada en su mansión, disfrazada de lo que fue, repitiendo una y otra vez su canción de éxito. Prometía todo… pero la realidad es que se ha convertido en una figura grotesca, atrapada en el pasado.
En nuestro terreno, la “estrella” llegó en 2021 con palabras grandes: “equidad”, “universalización”, “refuerzo del sistema público”, “ampliación de la cartera de servicios”. Un euro por habitante para ampliar los servicios de salud bucodental en la sanidad pública, que no era mucho, habida cuenta de la carga enorme de las enfermedades bucodentales. Cuarenta y siete millones de euros. Un titular brillante, un gesto de justicia sanitaria, aunque fuera insuficiente. Se hablaba de atención a embarazadas y colectivos vulnerables como los discapacitados, de pacientes oncológicos, de ampliar la atención a 0-5 años. Por fin la salud bucodental iba a salir del rincón del olvido. Solo parcialmente, claro. Era el Plan de ampliación de la Cartera Común de Servicios de SBD en nuestro Sistema Nacional de Salud.
… estamos en 2025, he consultado las webs de los servicios de salud autonómicos. De todos. Ninguno menciona la ampliación aprobada. Ni una sola comunidad ha aplicado -Ni explicado- cómo se ha traducido ese euro por persona
Y, sin embargo, estamos en 2025. He consultado las webs de todos los servicios de salud autonómicos. De todos. Ninguno menciona la ampliación aprobada. Ni una sola comunidad ha aplicado —ni explicado— cómo se ha traducido ese euro por persona. No hay rastro de ese Plan estatal, ni normativa, ni actualización de cartera en las Comunidades. Algunos de los servicios prometidos ya existían desde tiempo antes, aunque su aplicación era desigual. El objetivo era evitar desigualdades. El titular fue una estrella infantil. La realidad, una Baby Jane.
… algunas comunidades están proveyendo ya algunos de esos nuevos servicios, pero es igualmente cierto que su implantación es mínima cuatro años después de su aprobación.
¿Dónde está ese euro? ¿Encerrado en algún despacho, disfrazado de nota de prensa? ¿Se lo comió la burocracia, los plazos, los pliegos, los convenios que nunca llegan? ¿Le pasó como a Navarra -pionera en otros tiempos- en donde un Comité Técnico Asesor de SBD nombrado “ad hoc” para dar forma a esos servicios lleva dos años reuniéndose sin haber llegado todavía a un plan concreto de acción? Quizá el dinero sí se transfirió. Quizá esté olvidado en una cuenta, atrapado en un ciclo infinito de convenios, reuniones técnicas y diagnósticos preliminares. ¿La población conoce que tiene estas nuevas prestaciones? Las Comunidades Autónomas, ¿han puesto el mismo énfasis y propaganda que en su día puso el gobierno central? ¿Lo han dado a conocer entre los colectivos que deben beneficiarse? ¿Han organizado el dispositivo asistencial que debe dar cobertura a esta ampliación? Por su parte, el Ministerio de Sanidad, ¿evalúa la marcha del Plan? ¿Tiene la voluntad y los medios para hacer un seguimiento? ¿Se comunica con la Comunidades Autónomas que son las que han de implementar los servicios? Porque los plazos eran claros y terminaron en junio y diciembre de 2023.
Demasiadas preguntas porque hay demasiadas lagunas. Es cierto que algunas Comunidades están proveyendo ya algunos de esos nuevos servicios, pero es igualmente cierto que su implantación es mínima cuatro años después de su aprobación.
¿Qué pasó Baby Jane?